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Justo una semana después del 18 cumpleaños de la Princesa Ingrid Alexandra, que celebró su mayoría de edad en una serie de actos en los que en alguno de ellos se contó con sus parientes más cercanos, la Familia Real Noruega se llevó un buen susto. Ocurrió después de que la Ministra de Exteriores, Anniken Huitfeldt, comunicara que había dado positivo en coronavirus. Esto les afecta porque la titular de la citada cartera había estado horas antes reunida con los Reyes Harald y Sonia y con el Príncipe Haakon.
" Desearía no haber dado positivo el mismo día en el que tuve una audiencia con el Rey Harald, la Reina Sonia y el Príncipe Heredero Haakon. Me hice la prueba ese mismo día y dio negativo, pero me hice la prueba nuevamente cuando tuve un fuerte dolor de cabeza por la tarde y di positivo", señaló Anniken Huitfeldt a Aftenposten, que inmediatamente avisó a la Casa Real Noruega de lo ocurrido, lamentando que hubiera podido contagiar a los Reyes y al Príncipe Heredero.
Un resfriado y otra regencia
De todos modos, aseguró que no solo mantuvo la distancia, sino que usó la mascarilla, por lo que se entiende que las probabilidades de contagio son bajas. Eso sí, la Casa Real Noruega tomó cartas en el asunto y anunció que se haría test a los Reyes y al Príncipe Haakon. Al día siguiente tarde hubo comunicado, aunque para anunciar que el Monarca vuelve a causar baja.
" Su Majestad el Rey tiene síntomas de resfriado y estará de baja por enfermedad durante los próximos días. Se realizarán todos los exámenes y pruebas necesarios", señaló la Casa Real Noruega, que no confirma ni niega que se trate de coronavirus. En ese sentido, el Rey de Noruega tiene, al igual que su consorte, tres dosis de la vacuna y hasta el momento no había tenido la enfermedad.
"Su Alteza Real el Príncipe Heredero Regente encabeza el gabinete actual en ausencia del Rey. El Príncipe heredero no tiene síntomas y ha dado negativo en la prueba de coronavirus". Aquí sin embargo sí se informa del negativo del Príncipe Heredero. De este modo, Haakon de Noruega vuelve a asumir una regencia a la que está ya muy acostumbrado tras una serie de dolencias que han mantenido a Harald V apartado temporalmente de sus funciones en una serie de ocasiones.