En la historia de amor entre Diana de Gales y el heredero de la Corona británica siempre hubo "una tercera en discordia". Se trata de Camilla Parker Bowles, que había sido el amor de la juventud del Príncipe Carlos y se convertiría en el gran amor de su vida llegando incluso a ser su amante durante el matrimonio del Príncipe de Gales con la conocida como 'princesa del pueblo'. Lejos de la corrección de la realeza británica, la relación entre Camilla Parker Bowles y Lady Diana Spencer está llena de interesantísimos capítulos que las convierten en dos auténticas 'Enemigas Íntimas'.
Unidas y separadas por el Príncipe Carlos
A principios de los años 70, un joven Carlos de Inglaterra conocía a Camilla en un partido de polo. Desde ese momento iniciarían una especial relación que se vería finalizada cuando la joven retomara su romance con el que ya había sido su pareja anteriormente, Andrew Henry Parker Bowles. Este le daría el apellido por el que sería conocida tiempo después y sus dos hijos. Aún así, Camilla no olvidó al Príncipe Carlos y tiempo después volvería a iniciar una relación con él.
Las primeras acusaciones públicas
Diana de Gales, lejos de mantener su vida privada en la intimidad de su hogar, optó por airear los problemas de su matrimonio que tenían nombre propio: Camilla Parker Bowles. La Princesa de Gales comenzó a comentar a distintos medios que su todavía marido había mantenido durante años una relación extramatrimonial con su antigua novia. "Éramos tres en ese matrimonio. Había demasiada gente", llegó a decir en una demoledora entrevista en la que más de 22 millones de espectadores escucharon a Lady Di decir que "Carlos estaba obsesionado con las tetas de Camilla", asegurando que ella no las tenía tan grandes. Desde ese momento acabó la cordialidad entre Diana y Carlos más allá de la corrección por el bien de sus hijos.
Su único enfrentamiento
A pesar de las duras declaraciones de Diana, Camilla tomó una posición más elegante y prefirió no hacer declaraciones ni muestras públicas al respecto. La actual Duquesa de Cornualles se mantuvo en silencio durante años mientras intentaba estabilizar su relación con el Príncipe Carlos. Entre ella y Diana no había habido más que un cruce de acusaciones hasta que coincidieran en una fiesta en la casa de Lady Annabel Goldsmith donde la Princesa intentó dejarla en evidencia delante de su todavía marido Andrew Henry Parker Bowles. Una vez más, Camilla hizo gala de su elegancia y corrección y optó por no contestar a su "enemiga". Eso sí, hay quien asegura que en privado sí comentó que le parecía inapropiado el comportamiento de la Princesa.
La princesa del pueblo
Con la guerra ya iniciada, el divorcio en trámites y la relación entre Camilla y Carlos casi confirmada, el pueblo británico se posicionó. Lejos de criticar el comportamiento poco correcto de Diana, que seguía alimentando la polémica y dando más detalles sobre el adulterio cometido por su marido y Camilla Parker Bowles, la sociedad se puso de su lado convirtiéndola en la "princesa del pueblo" cuando la realeza le había dado de lado casi por completo.
Por otro lado, Camilla veía difícil su objetivo de convertirse en la esposa idónea para el Príncipe Carlos. Mientras ella esperaba la aceptación de todo el país para convertirse oficialmente en miembro de la realeza británica, el Príncipe Carlos salía en las encuestas como "el Rey más odiado de la historia de Ingaterra". Nos situamos a mediados de los 90 cuando Lady Di había ganado la guerra mediática consiguiendo ser una de las personas más famosas del momento y haciendo que la gente despreciase a quien le había sido infiel durante años.
La campaña de limpieza de imagen
Con esta situación, Carlos y Camilla se veían en la obligación de limpiar su imagen. Ambos habían iniciado formalmente su relación y ya se dejaban ver juntos en público ocasionalmente, pero no contaban con el apoyo de la opinión pública, algo fundamental para poder formalizar su relación como parte de la familia real británica. Es por esto que el Príncipe Carlos no dudó en echar por tierra muchas de las cosas que había contado la madre de sus hijos alegando que era una persona maleducada, sin ningún tipo de disciplina ni interés por el arte, algo que chocaba mucho con la habitual costumbre de Diana de acudir al teatro, la ópera o tocaba el piano.
Así mismo, el Príncipe Carlos comienza a colaborar con Penny Junor, una periodista dispuesta a ensuciar la imagen de Lady Di al tiempo que ensalzaba la figura de Camilla en un libro en el que contaba una versión muy diferente del matrimonio y la infidelidad con la Duquesa de Cornualles. En dicha obra se hablaba de Lady Di como una persona manipuladora e infiel que hizo que el Príncipe Carlos tuviera que buscar protección en la que había sido su primer gran amor. Esta última, además, inició una campaña solidaria organizando una recaudación de fondos para la Sociedad Nacional de Osteoporosis, enfermedad por la que se había visto afectada su madre.
La trágica muerte de Diana
El 31 de agosto de 1997 llegaría a esta historia un nuevo e inesperado capítulo que conmocionaría al mundo entero. Lady Di moría en un accidente de coche en París donde se encontraba de viaje junto a su pareja de aquel entonces. Muchas son las teorías que aseguran que no fue un accidente si no un suceso provocado por la intervención del Servicio Secreto Británico y la Familia Real Británica, aunque la justicia dio por verídica la idea del accidente asegurando que había exceso de velocidad y que el conductor del vehículo se encontraba en estado de embriaguez.
Sin tener aún la versión oficial, el Príncipe Carlos tuvo miedo de que pudieran culparlo de aquel terrible accidente que se llevó la vida de la que había sido su mujer. "Todos van a culparme, ¿verdad? El mundo se volverá completamente loco", llegó a decir tras enterarse de la triste noticia. Por su parte, Camilla, consciente de las críticas que podrían llegarle decidió retirarse a una alejada residencia mientras su pareja acompañaba a sus hijos en ese duro trance. Fue precisamente su papel como padre entregado al sufrimiento de sus hijos tras la muerte de su madre lo que reconcilió al Príncipe Carlos con el pueblo inglés, que aún estaba impresionado con el fallecimiento de su princesa.
¿El final feliz?
Fue mucho lo que tuvieron que pasar ambos hasta que llegaron a cumplir su objetivo, unirse en matrimonio. En cada uno está la opción de situarse a un lado u otro de toda esta historia, pero lo que está claro es que Camilla y el Príncipe Carlos salieron mejor parados. Siete años después de la muerte de Diana de Gales, la pareja se unía en matrimonio en el ayuntamiento de Windsor, convirtiéndose así el Príncipe Carlos en el primer miembro de la realeza británica en contraer matrimonio en una ceremonia civil (aunque dicha unión fue bendecida en la capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor).
A dicha ceremonia no acudieron ni la Reina Isabel ni su marido el Duque de Edimburgo por ser representantes de la Iglesia en Inglaterra, pero pronto aceptaron a Camilla como miembro de su familia del mismo modo que lo harían los hijos de Lady Di. Al final, ha habido un final feliz para el Príncipe Carlos y la Duquesa de Cornualles.