Galería: La Familia Real Española en imágenes
Antes de casarse con la Reina Sofía, el Rey Juan Carlos tuvo otros intereses y otros amores. Una de las mujeres con las que se barajó su compromiso fue con María Gabriela de Saboya. Era Princesa real al ser hija de Humberto II, último Rey de Italia, era católica y conocía a Juan Carlos de Borbón de toda la vida porque estaba exiliada en Estoril como la Familia Real Española.
El romance no cuajó por ninguna de las dos partes, algo de lo que María Gabriela de Saboya no se arrepiente. Eso sí, recuerda con mucho cariño al Rey Juan Carlos y no ha dudado en hablar de él para Vanity Fair, donde ha rememorado un reencuentro que evidencia el cariño que se tienen. "Coincidí con el Rey hace poco más de un año en Suiza. Vino a ver a su hija Cristina y a sus nietos. Yo estaba en el hospital por un problema con los bronquios y me visitó. Estaba de muy buen humor. La gente lo quiere por eso. Es una persona luminosa que nunca es pesimista", señaló la princesa italiana.
María Gabriela de Saboya vive exiliada en Suiza, país en el que también reside la Infanta Cristina. A pesar de que en su momento se habló de que el Rey Juan Carlos había cortado lazos afectivos con su hija por el Caso Nóos, lo cierto es que nunca fue así y las visitas de Juan Carlos de Borbón a Ginebra han sido constantes.
Defensa del Rey Juan Carlos y anécdotas del pasado
Así, en una de esas visitas en 2019 se enteró del ingreso de su amiga María Gabriela y no dudó en hacerle una visita, darle ánimos y desearle una pronto recuperación. La princesa italiana lo agradeció entonces y no duda en hablar bien de Juan Carlos I: " Yo creo que volverá a España. ¿Por qué no? También hay que decir que ha hecho ganar al país muchos millones de euros con el AVE a La Meca. Toda esta historia ha sido muy triste para el final de su vida. No lo merece. Quiere a España. ¡Lo voy a defender siempre! Es un hombre, la gente es humana y comete errores".
Además, ha recordado una anécdota de su infancia en Estoril: "Un día, en Portugal, un niño me empujó en la piscina de los Espirito Santo, que vivían al lado de mi casa. ¡Yo tenía ocho años y no sabía nadar! Juan Carlos, que tiene dos años más que yo, me dio la mano y me sacó. Me salvó del naufragio. Eso es bonito. Fuimos novietes cuando tenía unos 14 años. Me escribía cartas y yo le contestaba también, íbamos al cine...", señaló María Gabriela de Saboya.