El Duque de Värmland participó por primera vez en Vasaloppet, carrera de esquí con gran arraigo en Suecia.
Numerosos miembros de las Casas Reales de Europa son deportistas y practican asiduamente esquí, vela o equitación, entre otras disciplinas. Los Bernadotte no son una excepción, teniendo como principal ejemplo a Carlos Felipe de Suecia, un consumado deportista que practica tanto públicamente como en privado.
Antes de cumplir 40 años en mayo, el Duque de Värmland ha querido probar su fuerza física y su resistencia física participando en Vasaloppet, un trayecto de 90 kilómetros que une Sälen y Mora y que supone la pista de esquí más grande y más antigua del mundo y que tiene un importante significado para la historia de Suecia en general y para la Familia Real Sueca en particular.Vasaloppet se inspira la huida del Rey Gustavo I Vasa, que escapó de las tropas del Rey Cristián II de Dinamarca en 1520. Su sublevación significó la independencia de Suecia de Dinamarca, por lo que esta carrera tiene una fuerte carga simbólica para la nación de los Nobel.
Así, el Príncipe Carlos Felipe ha querido completarla por primera vez, algo que ya hizo el Rey Carlos XVI Gustavo en 1977. Hasta el momento, el Duque de Värmland habría completado otras variantes como Öppet Spår (2004), realizadas también por el Rey en 1987 y 1997, Skejtvasan (2012), y Stafettvasan en 2013 y 2014, estas dos últimas también completadas por Sofia Hellqvist en 2013 y 2014, cuando todavía no era parte de la Familia Real Sueca.Apoyo familiar en la meta
El Duque de Värmland tenía una grata sorpresa esperándole en la meta, ya que allí se encontraban su mujer, Sofia Hellqvist, así como sus dos hijos, el Príncipe Alejandro y el Príncipe Gabriel, que aunque son muy pequeños, seguro que en unos años seguirán los pasos de sus progenitores y participarán en estas competiciones de invierno.
Además, también estaba allí su suegro, Erik Hellqvist, identificado porque fue el autor de las tiernas imágenes que los Duques de Värmland compartieron en su cuenta de Instagram. En ambas se puede ver a un cariñoso Carlos Felipe de Suecia, que aparte de ser todo un deportista, es un padre 10.