Cuando se anunció en diciembre que la Princesa Magdalena de Suecia esperaba su segundo hijo, rápidamente se echaron cuentas para comprobar si daría a luz en las mismas fechas en las que se casaba su hermano con Sofia Hellqvist. Lamentablemente así era, por lo que no se tenía claro que la hija menor de los Reyes pudiera ir a la boda.
Su aparición en el Día Nacional de Suecia, y sobre todo su asistencia a la cena previa a la boda celebrada este viernes, hicieron pensar que la Duquesa de Hälsingland y Gästrikland sí estaría presente para ver darse el 'sí, quiero' a Carlos Felipe de Suecia y a Sofia Hellqvist y ver sellar esa relación que al principio no le gustó ni un pelo.
Así, pasadas las 16:15, la Princesa Magdalena hacía su aparición por el Palacio Real de Estocolmo luciendo un vestido rosa palo vaporoso y un avanzado estado de gestación que terminará de forma inminente. Junto a ella, su marido, Chris O'Neill, que llevaba en brazos a su hija, la Princesa Leonor.
La Princesa Leonor, muy inquieta en la boda
Una vez dentro, el matrimonio tomó posiciones en la capilla junto a los Príncipes Victoria y Daniel, que a su vez estaban sentados al lado de los Reyes de Suecia, muy cerca de los contrayentes. La niña se sentó con su padre, aunque no aguantó mucho quieta, provocando algunas risas entre los presentes.
Un poco más calmada, la Princesa Leonor terminó en las rodillas de su tío, el Príncipe Daniel, mientras miraba atenta a todo lo que ocurría sin darse cuenta quizás de que otro de sus tíos, el Príncipe Carlos Felipe, estaba viviendo el momento más feliz de su vida.