La residencia rural de Frogmore Cottage de los Duques de Sussex, cerca del castillo de Windsor, se ha visto transformada en los últimos meses para poder convertir cinco propiedades en un solo hogar para la pareja y su hijo Archie. Las cuentas reales muestran que el trabajo en el hogar de los Duques de Sussex hasta ahora ha costado al público mucho más que las estimaciones originales, lo que ha desatado la furia de muchos. La propiedad, que fue regalo de la Reina Isabel II, requirió una renovación sustancial antes de la mudanza que incluyó el sistema de calefacción, cableado y servicios públicos nuevos.
El Príncipe Harry y Meghan Markle en MarruecosPero el pueblo británico no solo pago eso sino que el dinero también incluyó una cocina de lujo, los baños de la casa e incluso varios armarios empotrados, además de contratar a un diseñador de interiores de renombre, Vicky Charles. Para intentar apaciguar a los contribuyentes, los funcionarios de la Casa Real aseguran que la pareja ha pagado los muebles y accesorios necesarios de su propio bolsillo.
"El plan consistió en la reconfiguración y la renovación completa de cinco unidades residenciales en mal estado para crear la residencia oficial para el Duque y la Duquesa de Sussex y su familia. La propiedad no había tenido ninguna mejora durante algunos años. El edificio ha sido renovado para que sea una sola residencia y se ha remplazado la infraestructura obsoleta para garantizar el futuro a largo plazo de la propiedad", ha informado Michael Stevens, tesorero de la Casa Real.
El Príncipe Harry y Meghan Markle divirtiéndose en su viaje oficial a Nueva ZelandaUna fuente real ha dicho que las obras principales incluían reemplazar y reubicar las vigas del techo y del suelo defectuosas y reemplazar y volver a cablear el sistema eléctrico, incluida la instalación de una subestación eléctrica mejorada. También tuvieron que instalar nuevas tuberías de gas y agua. La fuente agregó: "Los sistemas de calefacción estaban desactualizados y no cumplían con los estándares ambientales que cabría esperar hoy".
El pueblo británico no está contento
Las cuentas de la Beca Soberana, que financia los gastos oficiales de la Reina y su familia, han mostrado que la Monarquía le costó al contribuyente 67 millones de libras durante 2018, un aumento de casi 20 millones más que en el año fiscal anterior. Graham Smith, del partido republicano en Inglaterra ha declarado al respecto: "Los aumentos de este año son escandalosos en un momento de recortes generalizados. Si una escuela u hospital se enfrenta a recortes, no podemos justificar el gastar un centavo de la Familia Real. Sin embargo, con todos los servicios públicos bajo una intensa presión financiera, pagamos casi 3 millones en una nueva casa para Harry".
