Poco han tardado los Duques de Cambridge en abandonar sus estancias en el Palacio de Kensington junto a sus hijos Jorge y Carlota. Kate Middleton dio a luz a su segunda hija el pasado sábado, ese mismo día se retiró a su residencia oficial en Londres, y tras recibir la visita de la Reina Isabel II, partieron este miércoles a Anmer Hall, donde los cuatro miembros de la familia residirán de forma permanente.
Una vez allí, los Cambridge han podido instalarse en Anmer Hall, Norfolk, donde se encuentra la residencia que la Reina Isabel regaló a su nieto el Príncipe Guillermo por su 30 cumpleaños, y que tras ser restaurada durante dos años, con un coste de en torno a 1,5 millones de euros, está lista para entrar a vivir
Refuguio antipaparazzi
La razón por la que Guillermo y Kate quieren vivir en el campo es que los alrededores de Kensington Palace están llenos de paparazzi, y desean una vida más tranquila para ellos y para sus dos hijos, Jorge y Carlota.
De hecho, ya han hecho saber a través de la policía de Norfolk que desean tener privacidad en su nueva vida en Anmer Hall. De este modo, los Duques de Cambridge instan a los medios de comunicación a no inmiscuirse en su vida privada en su vivienda, sobre todo de cara a los paparazzi que intenten tomar fotos de la familia en su finca campestre.
En la vivienda de los Cambridge situada en Sandringham, donde se encuentran más propiedades de la Familia Real Británica, hay 10 dormitorios, se ha instalado una zona para que viva la niñera de Jorge y Carlota, María Teresa Turrión Borrallo, hay piscina y un gran jardín en el que podrán campar a sus anchas los niños y las mascotas de Guillermo y Kate.