Un año más, Buckingham Palace abrió sus puestas para recibir a los Windsor que no habitan entre sus muros para la celebración de una comida prenavideña. Entre los invitados de la Reina Isabel II y el Duque de Edimburgo están sus parientes más directos y de primer rango, y los más lejanos, que tienen poca relevancia en la Familia Real.
Los más esperados sin duda fueron el Príncipe Guillermo y Kate Middleton, que llegaron en un coche que conducía el Duque de Cambridge. En los asientos traseros viajaban el Príncipe Jorge y su niñera, la española María Teresa Turrión Borrallo.
muy entrañable, una visita a un grupo de niños Boy Scouts con los que se lo pasó en grande jugando y divirtiéndose, mostrando su imagen más natural, espontánea y maternal. Por su parte, el Príncipe Guillermo había visitado esa misma mañana Centrepoint, entidad con la que colabora.
Otros de los miembros de la Familia Real que se trasladaron a Buckingham Palace fueron el Príncipe de Gales, el Príncipe Harry o la Princesa Beatriz de York. También hicieron su aparición los Condes de Wessex, la Princesa Ana, su hijo Peter Phillips y su nuera Autumn Kelly. Por su parte, Sir Timothy Laurence decidió acercarse andando.
Otros miembros de la Familia Real tardaron más en ser identificados al no ser tan relevantes ni conocidos por las fuerzas de seguridad de la residencia oficial de la Monarca Británica como el Duque de Gloucester, los Príncipes de Kent o Lady Gabriella Windsor. Tampoco faltaron los hijos y nietos de la difunta Princesa Margarita, reunidos todos para un acto tan especial para la Casa Real Británica.