La ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 contó con la presencia de algunos miembros de la realeza europea y de prácticamente la Familia Real Británica al completo, al igual que ocurrió en los pasados Juegos Olímpicos.
Las ausencias más notables fueron las protagonizadas por dos de los miembros principales de la Casa Real, el Duque de Edimburgo y el Príncipe Harry, esposo y nieto de la Reina Isabel II, respectivamente, y que no acudieron por motivos bien distintos.
La delicada salud del Príncipe Felipe
El Príncipe Felipe, el consorte más longevo de la historia de la Monarquía Británica, no atraviesa su mejor momento en cuanto a su salud se refiere. El Duque de Edimburgo fue ingresado a mediados de este mes por una infección de vejiga, la misma que le apartó de la parte final de los actos centrales del Jubileo de Diamante de la Reina Isabel II.
A sus 91 años y con su delicado estado de salud no era conveniente que se sentara en un recinto abierto como el Estadio Olímpico de Stratford, más si cabe que la duración a la que se tenía que enfrentar era demasiado elevada, por lo que la Reina Isabel II presidió la ceremonia en solitario.
El escándalo del Príncipe Harry desnudo
Por su parte, el Príncipe Enrique de Gales tampoco se sentó junto a la Familia Real Británica, hecho que destaca debido a que fue él quien presidió la ceremonia de clausura en los Juegos de Londres 2012, lo que demostraba la gran confianza que Su Majestad tenía en quien ostenta el tercer lugar en la línea de sucesión a la Corona.
Sin embargo, tras el escándalo provocado por la publicación de sus fotos desnudo en una fiesta que tuvo lugar durante sus vacaciones en Las Vegas con sus amigos, la presencia del Príncipe Harry no era lo más apropiado. Y es que aunque la mayor parte del pueblo británico ha disculpado el comportamiento del Príncipe Enrique de Gales, e incluso la Casa Real ha sido condescendiente con lo ocurrido, su ausencia era la mejor opción.
El protagonismo de los Duques de Cambridge
Tampoco acudieron ni el Príncipe Carlos ni su esposa, la Duquesa de Cornualles, así como el Duque de York, aunque ninguno de ellos ha tenido un papel demasiado destacado a lo largo de los Juegos Olímpicos, dejando mayor protagonismo a la generación más joven, por lo que no resulta extraña que sus asientos estuvieran vacíos.
Además de la Reina Isabel II, la ceremonia de apertura contó con otros miembros de la Casa Real Británica como el Príncipe Eduardo, que estuvo también acompañado por su esposa, la Condesa de Wessex, la Princesa Ana de Inglaterra, el Príncipe Guillermo y la Duquesa de Cambridge.