Hace ya un tiempo que la salud de hierro del Duque de Edimburgo comenzó a resentirse a causa de su avanzada edad: el 10 de junio cumplirá nada más y nada menos que 97 años. Es por ello por lo que se ha visto obligado a someterse a diversas intervenciones quirúrgicas. La más reciente fue el pasado 4 de abril.
Se trató de una operación de cadera que tenía como objetivo acabar con los dolores y problemas de movilidad que el marido de la Reina Isabel sufría desde hacía un tiempo y que le impedían hacer vida normal. La intervención se llevó a cabo en el Hospital King Edward VII (Londres) de manera muy exitosa y fue dado de alta a los pocos días.
Sin embargo, desde entonces no había vuelto a hacer acto de presencia en ningún acontecimiento oficial ni familiar, ya que prefirió centrar todo su tiempo en recuperarse plenamente. O al menos hasta hoy, cuando ha decidido dar por concluida su rehabilitación y ha decidido reaparecer en la boda de su nieto el Príncipe Harry y Meghan Markle.
Demostración de su plena movilidad
Poco antes de la una del mediodía, tras la llegada del Príncipe Carlos y la Duquesa de Cornualles, llegaba a la Capilla de San Jorge el coche en el que viajaban la monarca inglesa y su consorte saludando al público allí congregado. Una vez estacionado el vehículo, ambos bajaron por su propio pie, llamando la atención la amplia movilidad que demostraba el Duque de Edimburgo. Algo que quedó también patente en su posterior camino hacia los asientos del interior del templo.