En el documental 'The Me You Can't See' de Apple TV+, el Duque de Sussex expresó sus sentimientos sobre este momento tan complicado que la pareja tuvo que afrontar: "Meghan decidió compartir conmigo los pensamientos suicidas y los aspectos prácticos de cómo iba a terminar con su vida", recordó con inmenso dolor el Príncipe Harry. "Lo que más me asustaba era su claridad de pensamiento. No había perdido el control, no estaba loca, no se automedicaba, ya fuera con pastillas o con alcohol. Estaba completamente sobria, completamente cuerda. Sin embargo, en la tranquilidad de la noche, estos pensamientos le asaltaron".
La confesión fue en enero de 2019 antes de un espectáculo en el Royal Albert Hall de Londres al que acudió la pareja. El Duque de Sussex le dijo que sería mejor que no fuera, pero ella le respondió que era mejor que no se quedara sola. "Y, por supuesto, debido al sistema en el que estábamos y las responsabilidades y los deberes que teníamos, nos dimos un abrazo rápido y luego tuvimos que cambiarnos para llegar al Royal Albert para un evento benéfico. Luego tienes que salir ante las cámaras y fingir que está todo bien. No había opción para de decir que no íbamos a ir porque imagínate las historias que pueden salir de eso".
El Duque de Sussex sintió que aquello era una revelación y que no podía seguir así. Ya en el Royal Albert Hall, estaban cogidos de la mano, las luces se apagaron y Meghan Markle se puso a llorar sin que nadie se diera cuenta, pero alguien sabía que estaba llorando y por qué lo hacía: "Lo sentía por ella, pero también estaba enfadado conmigo mismo porque estábamos atrapados en esta situación. Estaba avergonzado de que se pusiera tan mal.
Meghan Markle le instó a ir a terapia
Antes de todo esto, mucho antes, el Príncipe Harry empezó a hacer terapia. Lo hizo después de una discusión con Meghan Markle en la que ella le dejó claro que no estaba bien y que no podía seguir así. Hasta 2016, año en el que conoció a la entonces actriz y empezó a salir con ella, el Duque de Sussex estaba consumido por la ansiedad y sufría ataques de pánico. Había tenido problemas con el alcohol, que consumía en exceso, y había coqueteado con las drogas. No era feliz, no estaba bien.
Cuando la gente a su alrededor le pedía que buscara ayuda, él se negaba y decía que no le había falta, pero sí necesitaba apoyo profesional. Y entonces llegó Meghan Markle, que durante una discusión le espetó que necesitaba ir a terapia: "Sabía que si no hacía terapia y mejoraba iba a perder a esta mujer con la que quería pasar el resto de mi vida". El Príncipe Harry, que dice que había apartado a su madre de su cabeza para no sufrir, tenía mucho que resolver, siendo lo más importante lo relacionado con la muerte de su madre. Así se le dijo en terapia: "Nunca lo procesaste. Nunca se te permitió hablar de eso y de repente ahora aparece de diferentes formas como proyección".
El Duque de Sussex añadió que la terapia le cambió la vida y le abrió los ojos: "Ese fue el comienzo de un viaje de aprendizaje para mí. Me di cuenta de que había estado viviendo en una burbuja dentro de esta familia, dentro de esta institución y estaba casi atrapado en un proceso de pensamiento o una mentalidad. La terapia me ha dado las herramientas para poder afrontar cualquier cosa".