Apoyo al Príncipe Andrés
Si esa fue la primera sorpresa, la segunda fue comprobar quién era el acompañante de Isabel II, nada más y nada menos que el Príncipe Andrés. El Duque de York siempre ha estado considerado como el hijo favorito de la Monarca, es además el único que no está casado, ya que aunque viva con Sarah Ferguson, ambos siguen divorciados y no es posible por tanto que le acompañe oficialmente. Así, la Reina pensó que si alguien tenía que acompañarle sería el Príncipe Andrés.
Asimismo, la Reina Isabel desea apoyar públicamente al Duque de York tras haber alcanzado un acuerdo con Virginia Giuffre, la mujer que le acusó de abuso sexual. El acuerdo económico, unido a una especie de disculpa sin admisión de culpa, salvó al Príncipe Andrés de ir a juicio. Perdía así la oportunidad de limpiar su nombre definitivamente si era declarado inocente, aunque la Casa Real Británica presionó al Príncipe Andrés para que alcanzara un acuerdo que desactivara un proceso judicial que solo hacía crecer uno de los peores escándalos de la Monarquía británica.
La Casa Real Británica no había confirmado específicamente la presencia de la Reina Isabel a este acto de homenaje al Duque de Edimburgo para evitar decepciones. De todos modos, se esperaba que acudiera y dejara como única ausencia de la Familia Real Británica a los Sussex, que declinaron viajar a Reino Unido por el conflicto relativo a su seguridad. Días antes del memorial, la Reina participó en un acto en Windsor Castle en el que se le vio particularmente animada, lo que se vio como una esperanza de que podría acudir a este tributo al hombre con el que estuvo casada durante 73 años y que le acompañó durante casi siete décadas en el trono.