Galería: Homenaje al Duque de Edimburgo
Aunque se había publicado que la Casa Real Británica había diseñado toda una operación para no solo permitir la presencia de la Reina Isabel en el homenaje al Duque de Edimburgo, sino para que no fuera fotografiada mostrando su fragilidad, al final no ha sido para tanto. Las dudas sobre su presencia o ausencia se disiparon en la mañana del martes 29 de marzo de 2022. La Monarca estaba decidida a acudir a la Abadía de Westminster para estar presente en el tributo al Príncipe Felipe, y lo ha hecho.
Y si ya la sola presencia de la Reina Isabel era destacable, algo lógico teniendo en cuenta que apenas sale de Windsor Castle, más lo ha sido la doble sorpresa en esta reaparición tan deseada. La Monarca abandonó su residencia favorita para poner rumbo a Westminster Abbey, el lugar en el que se celebra un servicio de Acción de Gracias en reconocimiento a la vida y legado del Duque de Edimburgo. No lo hizo en helicóptero como se dijo que haría para evitar así un viaje que podía resultarle incómodo, sino en coche.
Apoyo al Príncipe Andrés
Si esa fue la primera sorpresa, la segunda fue comprobar quién era el acompañante de Isabel II, nada más y nada menos que el Príncipe Andrés. El Duque de York siempre ha estado considerado como el hijo favorito de la Monarca, es además el único que no está casado, ya que aunque viva con Sarah Ferguson, ambos siguen divorciados y no es posible por tanto que le acompañe oficialmente. Así, la Reina pensó que si alguien tenía que acompañarle sería el Príncipe Andrés.
Asimismo, la Reina Isabel desea apoyar públicamente al Duque de York tras haber alcanzado un acuerdo con Virginia Giuffre, la mujer que le acusó de abuso sexual. El acuerdo económico, unido a una especie de disculpa sin admisión de culpa, salvó al Príncipe Andrés de ir a juicio. Perdía así la oportunidad de limpiar su nombre definitivamente si era declarado inocente, aunque la Casa Real Británica presionó al Príncipe Andrés para que alcanzara un acuerdo que desactivara un proceso judicial que solo hacía crecer uno de los peores escándalos de la Monarquía británica.
Como marca la tradición, la Reina llegó la última. Para evitar caminar más de la cuenta hizo su aparición por The Poet's Corner, y recorrió la distancia hasta su asiento del brazo del Duque de York y usando un bastón. Al llegar hasta el lugar en el que ocupaba su sitio el Príncipe Andrés, justo al lado del Príncipe Eduardo, ambos se han separado y la Monarca ha caminado sola hasta su asiento, ubicado junto al Príncipe Carlos.
La Casa Real Británica no había confirmado específicamente la presencia de la Reina Isabel a este acto de homenaje al Duque de Edimburgo para evitar decepciones. De todos modos, se esperaba que acudiera y dejara como única ausencia de la Familia Real Británica a los Sussex, que declinaron viajar a Reino Unido por el conflicto relativo a su seguridad. Días antes del memorial, la Reina participó en un acto en Windsor Castle en el que se le vio particularmente animada, lo que se vio como una esperanza de que podría acudir a este tributo al hombre con el que estuvo casada durante 73 años y que le acompañó durante casi siete décadas en el trono.