Hace ya tiempo que los Grimaldi viven sumidos en una enorme tristeza debido a la salud de Charlene de Mónaco. La Primera Dama abandonó el Principado en mayo de 2021 para una misión contra la caza furtiva de rinocerontes en Sudáfrica que iba a combinar con una visita a los familiares y amigos que tiene allí. Sus planes se torcieron debido a una grave infección otorrinolaringológica que le hizo pasar por tres operaciones, mucho sufrimiento físico y psicológico y que le mantuvo en el país sudafricano seis meses.
En noviembre de 2021 regresó a Mónaco para supuestamente reencontrarse definitivamente con el Príncipe Alberto y sus hijos, el Príncipe Jacques y la Princesa Gabriella. Sin embargo, ni ella ni los que le rodean tardaron en darse cuenta de que Charlene de Mónaco no estaba bien. Por ello, ingresó en una clínica en Suiza, donde trata de recuperarse completamente para volver a casa con sus hijos.
Una victoria y una derrota
No es una situación fácil para nadie, y menos para unos niños que por muy alegres que sean, como lo son el Príncipe Jacques y la Princesa Gabriella, echan profundamente de menos a su madre y son conscientes de que lo está pasando mal. Desde Mónaco, el Príncipe Alberto no solo ejerce como padre más que presente en el Palacio Grimaldi, sino que intenta que hagan también planes para divertirse, distraerse y animarse, y de paso para que los mellizos se dejen ver.
Por ello, el Príncipe de Mónaco les preparó un doble plan deportivo. Por un lado les llevó a ver el partido de baloncesto que enfrentó al AS Mónaco contra el Fenerbahçe Beko y que se saldó con la victoria de los monegascos por 92-78. Ahí se llevaron una gran alegría.
El plan siguió con el fútbol. El domingo 27 de febrero de 2022, el Príncipe de Mónaco se desplazó con el Marqués de Baux y la Condesa de Carladès al Stade Louis II, donde se disputó el encuentro que enfrentó al AS Mónaco contra el Reims. Lamentablemente para los locales, los franceses se llevaron la victoria, así que hubo pocos motivos de celebración para los Grimaldi.