La Reina Isabel ha mantenido la costumbre de sus antepasados de pasar determinadas partes del año en las distintas residencias reales, aunque adaptándolas a su tiempo y a sus circunstancias. Ha tenido como hábito durante 3 décadas de celebrar la Navidad en Sandringham, residencia real en Norfolk, una tradición que tuvo que interrumpir en 2020 y 2021 debido a la pandemia. Eso sí, ya en 2022 ha podido cumplir otra de sus costumbres en una fecha agridulce para la Monarca.
Una vez que se instalaba en Sandringham, se quedaba allí varias semanas para celebrar allí su aniversario de reinado. De este modo honraba ya no su propio reinado, sino la figura de su padre, el Rey Jorge VI, fallecido el 6 de febrero de 1952 a los 56 años en Sandringham House. La muerte le sobrevino con su hija y heredera a miles de kilómetros, en concreto en Kenia, donde realizaba una larga gira por la Commonwealth con el Duque de Edimburgo que fue interrumpida por el fallecimiento del Monarca.
A su vuelta a Reino Unido, Isabel ya no era princesa, sino Reina de Reino Unido y los restantes territorios que le tenían (y algunos le han seguido teniendo) como su jefa del Estado, como su Reina. Entonces no lo sabía, pero comenzaba ahí el reinado más largo de la historia de Reino Unido y casi de todo el mundo, tan largo que ha superado los 70 años.
Isabel II cumplió 7 décadas como Monarca, siendo la primera de Reino Unido que puede celebrar un Jubileo de Platino. Eso sí, las grandes celebraciones son entre el 2 y el 5 de junio de 2022, teniendo el 6 de febrero de 2022 como un día más tranquilo en Sandringham para recordar principalmente a su padre, al Rey Jorge VI. Es su manera de homenajearle en un día tan agridulce para ella.
De vuelta a Wood Farm
Pero el 6 de febrero de 2022 no solo tiene un tributo para su padre, sino también para el Duque de Edimburgo. Su viaje a Sandringham en enero de 2022 fue el primero que hizo allí desde la muerte del Duque de Edimburgo, fallecido el 9 de abril de 2021 a los 99 años. El Príncipe Felipe, que murió en Windsor Castle menos de un mes después de haber salido del que fue el ingreso hospitalario más largo de su vida, un internamiento de cuatro semanas, tenía en Sandringham su propio refugio.
Se trata de Wood Farm, residencia dentro de los terrenos de Sandringham en la que el Duque de Edimburgo se instaló tras retirarse de los actos oficiales en 2017. No es que quisiera alejarse de la Reina Isabel, que por aquel tiempo pasaba la mayor parte del tiempo entre Buckingham Palace y Windsor Castle, pero sí deseaba apartarse de todo para poder descansar tras siete décadas al servicio de la Corona. En Wood Farm leía, pintaba y disfrutaba de las visitas de familiares y amigos, y se sentía más libre que en ningún otro lugar.
Y allí en Wood Farm se instaló la Reina Isabel para homenajear a quien fue su esposo durante 73 años y su leal consorte durante casi siete décadas. El Duque de Edimburgo, tan feliz en Wood Farm, solo se mudó cuando en marzo de 2020 se declaró la pandemia y se creó una burbuja de protección para la Reina y el Duque de Edimburgo que les hizo unirse en Windsor Castle. Fue en Wood Farm donde pasaron sus últimas vacaciones juntos a finales de verano de 2020, cuando tras salir del primer confinamiento en Windsor, viajaron juntos a Balmoral.
De Escocia se desplazaron a Wood Farm, y aunque la idea era que la Monarca se moviera desde entonces entre Windsor Castle y Buckingham Palace y el Príncipe Felipe se quedara en Norfolk, el recrudecimiento de la pandemia en otoño de 2020 les hizo volver juntos a Windsor. Allí celebraron su último aniversario de boda, su última Navidad y sus últimos meses juntos, y allí la Reina se despidió para siempre de su gran amor, a quien también ha querido rendir tributo en su 70 aniversario de reinado.