La realeza siente penas y alegrías, como cualquier otro mortal. En sus actos oficiales, si es que son de los que tienen, muestran siempre una sonrisa cuando procede. Elegantes y distinguidos, parecen ser siempre felices y llevar una existencia sin grandes preocupaciones y angustias. Pero nada más lejos de la realidad.
La Familia Real Británica está consternada por el atentado cometido a la salida del concierto de Ariana Grande en Manchester el pasado lunes 22 de mayo en el que murieron 22 personas. Se han unido al dolor de las víctimas y un país que ha vuelto a vivir la barbarie terrorista exactamente dos meses después del atentado de Westminster. Ante eso, todo lo demás queda en un segundo plano, si bien es cierto que otros Windsor han tenido sus pequeños disgustos, evidentemente nada en comparación con un atentado que ha provocado dolor y rabia.
Por ejemplo, Beatriz de York atraviesa un mal momento. No encuentra su sitio profesionalmente pese a que ser nieta de la Reina de Inglaterra le ha abierto puertas. Sin embargo, va de trabajo en trabajo, y parece estar más interesada en las fiestas que en labrarse una carrera profesional. Además, su presencia en la vida oficial es casi inexistente, y menos que será el día que su tío Carlos sea Rey, por lo que tampoco puede tirar por ahí.
Lo más estable de su vida era su relación con Dave Clark, un ejecutivo de Uber amigo del Príncipe Guillermo con el que mantuvo 10 años de noviazgo. Sin embargo, en 2016 su amor se fue al garete, dejando a la Princesa de York, compuesta y sin novio. Ahora ha llegado una noticia que a buen seguro no le habrá hecho mucha gracia. A finales del año pasado, Clark empezó a salir con la ejecutiva de publicidad Lynn Anderson. Pese a que llevan juntos 9 meses, se han comprometido, como ha informado Hello!. Como señala Daily Mail, una fuente cercana a Beatriz de York ha declarado que está feliz por su expareja, con el que tiene buena relación pese a la ruptura. Quizás internamente piense otra cosa...
La riña de Kate Middleton al Príncipe Jorge
Más contentos han estado los Duques de Cambridge y sus hijos, que el pasado sábado 20 de mayo se fueron de boda. Pippa Middleton, hermana de Kate Middleton, contrajo matrimonio con James Matthews en un enlace por todo lo alto en el que los niños tuvieron un papel relevante. La Princesa Carlota ejerció de damita de honor, mientras que el Príncipe Jorge fue uno de los pajes.
De sobra es conocido que el llamado a ser Rey de Inglaterra es muy travieso, y a la salida de la iglesia se revolvió un poco más de lo que correspondía en ese momento, y terminó llevándose una regañina de su madre. Como señaló The Sun, La Duquesa de Cambridge le pidió silencio y que se comportara. El niño real acabó callándose y dejó de llorar, aunque su cara refleja que no estaba demasiado contento. Seguramente pronto se le pasaría el cabreo y se pondría a jugar con su hermana y el resto de pajes y damitas.
Un divorcio inesperado
La Princesa Benedicta de Dinamarca atraviesa uno de los peores momentos de su vida. El pasado 13 de marzo falleció su esposo de forma inesperada. El Príncipe Richard zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg dejó este mundo a los 82 años, un tremendo palo para la hermana de la Reina Margarita de Dinamarca, que rota de dolor, lleva poco más de dos meses intentado superar la pérdida de su compañero de vida.
Con la muerte del jefe de la casa principesca alemana todavía reciente, la familia zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg ha tenido que enfilar otra mala noticia: el divorcio de la Princesa Alexandra, hija de Benedicta, de quien ha sido su marido desde hace 19 años, el Conde Jefferson von Pfeil und Klein-Ellguth, padre de sus dos hijos, Richard, de 17 años, e Ingrid, de 13.
La Princesa Alexandra ha manifestado mediante unas palabras el dolor que siente por la separación, pero también la esperanza de una buena relación con su expareja por el bien de sus hijos: "Es una decisión muy difícil. Termina nuestro matrimonio, pero continuamos siendo padres. Toda la familia, pero por supuesto mayormente los niños están en una posición muy vulnerable, sobre todo ahora después de la muerte de mi padre. Por eso pedimos paz y respeto en este proceso difícil que pasamos", señaló en un texto la afligica princesa.