Las Visitas de Estado suelen ser cortas y durar dos o tres días, aunque estas jornadas están llenas de actos y se aprovecha cada minuto que se pasa en el país. Así ha sido en Cuba, nación que por primera vez ha visitado un Rey de España. Don Felipe y Doña Letizia aterrizaron el lunes 11 de noviembre y comenzaron los actos el día 12.
Después de una intensa agenda marcada por la ceremonia de bienvenida del Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, un paseo por La Habana Vieja y la seriedad de la Reina Letizia, el día 13 comenzó con una visita a El Templete de la Plaza de Armas de La Habana Vieja, donde los Reyes de España recibieron una explicación del historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal. Allí fue donde se celebró la primera misa en La Habana en 1919 y hay un busto de Cristóbal Colón. Más tarde, acudieron al Palacio de los Capitanes Generales, sede del Museo de la Ciudad, donde recibieron La Giraldilla, figura que sirve como bienvenida por parte de la ciudad de La Habana.
Los Reyes se marcharon al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, en el que habían estado el día anterior visitando la exposición ¡España-Cuba: contigo en la distancia' y disfrutando de una Gala de Ballet. En esta ocasión, se ofreció una recepción a la colectividad española, cita tradicional cada vez que los Reyes realizan una Visita de Estado. "Vosotros, españoles -y también cubanos- sois la viva expresión de lo mucho que une a nuestros pueblos", manifestó el Rey en su discurso. Para este acto, la Reina estrenó por primera vez en este Viaje de Estado, eligiendo un vestido plisado estilo lady de Nina Ricci en color menta.
Después de este encuentro, en el que los Reyes estuvieron tensos en un primer momento y después más relajados rodeados de los españoles que viven en Cuba, Don Felipe acudió a la residencia de la Embajada de España para almorzar con empresarios compatriotas que residen en la isla. Allí mismo estuvo en la presentación del libro '500 años de la Ciudad de La Habana'. El Monarca, sonriente y con una guayabera en azul oscuro, subió después a la azotea para contemplar dónde estará la nueva sede del Consulado de España en La Habana.
La Reina Letizia se incorporó más tarde para el encuentro mantenido con una representación de la sociedad civil cubana, para después acudir al Palacio de los Capitanes Generales para la cena de retribución con la que agradecieron al Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y a su esposa, Lis Cuesta, su hospitalidad. Para la cena, la Reina estrenó por segunda vez con un vestido, un traje midi de organza firmado por Maje con el que estaba radiante. Una vez más, no estuvo especialmente sonriente.
El discurso del Rey
Sin lugar a dudas, el momento más importante llegó con el discurso del Rey, unas palabras cuyo contenido era desconocido por el Presidente de Cuba. Felipe VI habló de derechos humanos y de Democracia: " Los cambios en un país no pueden ser impuestos, tienen que nacer de dinámicas internas, pero, de la misma manera que no puede tener éxito un cambio que no emane del interior de las fuerzas sociales y políticas de un país, es igualmente cierto que el cambio no traerá consenso y bienestar si no representa la voluntad ciudadana.
Es necesaria la existencia de instituciones que representen a toda la realidad diversa y plural que existe de los ciudadanos, y que estos puedan expresar por sí mismos sus preferencias y encontrar, en esas instituciones, el adecuado respeto a la integralidad de sus derechos incluyendo, entre ellos, la capacidad de expresar libremente sus ideas, la libertad de asociación o de reunión ".
"En ese proceso de cambio en el que está inmersa Cuba, nosotros, queremos acompañarles. España supo dotarse, en 1978, de una Constitución basada en el pacto, la negociación, e inspirada en el consenso y la reconciliación. Y al amparo de ese marco constitucional, refrendado por el pueblo español en el ejercicio de su soberanía, los españoles hemos vivido nuestros mejores años como un país plenamente democrático. De esa Constitución y de nuestra propia historia, los españoles hemos aprendido que es en democracia como mejor se representan y se defienden los derechos humanos, la libertad y la dignidad de las personas, y los intereses de nuestros ciudadanos. Y que la fortaleza que la democracia otorga a sus instituciones es la que permite el progreso y el bienestar de los pueblos y hacer frente a los riesgos y desafíos que inevitablemente surgirán en el camino."