Un miembro de una Familia Real no puede tener opiniones políticas y no manifestarte sobre determinadas cuestiones. Su labor es representar a la Corona y a su país y trabajar en favor de causas sociales y benéficas y luchar por un mundo más justo. Eso es precisamente lo que hace el Príncipe Harry, y desde su boda con Meghan Markle, su labor es compartida con su consorte.
Un royal debe oír, ver y callar en muchos momentos, pero eso no quiere decir que esté siempre cómodo o que no le duelan determinadas situaciones o comentarios. Es precisamente lo que ha pasado con motivo del Viaje de Estado de Donald y Melania Trump a Reino Unido de junio de 2019.
La Reina Isabel recibió el pasado lunes 3 de junio al Presidente de Estados Unidos y a la Primera Dama en Buckingham Palace acompañada del Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles. Ese mismo día hubo un almuerzo privado, una visita a la Royal Collection en la residencia real, un té en Clarence House con el Heredero y su consorte, una salida a la Abadía de Westminster y una cena de Estado por todo lo alto.
Antes de que la Familia Real Británica demostrara su pompa y su éxito para organizar este tipo de eventos, Donald Trump calentó el ambiente con desagradables declaraciones. Más allá de sus inconvenientes comentarios políticos, señaló en una entrevista con The Sun que Meghan Markle era desagradable, o mejor dicho, que no sabía que era tan desagradable.
El motivo de sus palabras es que recordaron que la Duquesa de Sussex, cuando era una ciudadana estadounidense que se ganaba la vida como actriz y no había entrado a formar parte de la Familia Real Británica, se había posicionado a favor de Hillary Clinton en las elecciones de 2016 que terminó perdiendo la que fuera Secretaria de Estado durante el primer mandato de Barack Obama. La exactriz comentó que era un misógino y que si ganaba preferiría quedarse en Canadá, donde residía cuando grababa la serie 'Suits'.
Trump no estaba al tanto de esas declaraciones realizadas en su momento y ofendió a la Duquesa de Sussex al decir que era desagradable (término menos vulgar si se traduce nasty). Sin embargo, posteriormente negó haber dicho que era desagradable, acusó a los medios de comunicación de propagar mentiras y de paso llamó al boicot a CNN porque ni le gusta su línea editorial.
El Duque de York 'sustituye' al Príncipe Harry
¿Qué ha hecho el Príncipe Harry al respecto? Lo único que puede hacer. El Duque de Sussex tenía que participar en la Visita de Estado debido a su rango, por lo que estuvo presente cuando Donald y Melania Trump, la hija de este, Ivanka Trump, y su marido, Jared Kushner, conocieron la Royal Collection en Buckinham Palace. Sin embargo, mientras la Reina, el Príncipe Carlos y Camilla Parker estuvieron con el Presidente y la Primera Dama y el Duque de York se encargó de los Kushner-Trump, el Príncipe Harry prácticamente les evitó a todos y prefirió quedarse en un segundo plano.
Además, mientras el Príncipe Harry acompañó a los Reyes Felipe y Letizia en su visita a la Abadía de Westminster con motivo de su Viaje de Estado a Reino Unido en julio de 2017, los Trump han tenido que conformarse con el siguiente en la línea de sucesión (saltando a Archie Harrison), el Príncipe Andrés, que ha tomado el papel que podría haber tenido su sobrino.
Por otro lado, no asistió a la Cena de Estado con la que la Reina agasajó a los Trump y en la que estuvieron todos los Windsor que tienen funciones de representación salvo los Duques de Sussex. Ella está de baja por maternidad, pero él no se ha tomado su baja por paternidad, aunque tuvo permiso de Isabel II para no compartir mesa y mantel públicamente con los Trump. Al final ha hecho lo único que podía hacer, estar presente lo menos posible en presencia de cámaras con Trump y mostrarse distante, pero siempre diplomático.