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Cuando supo el dineral recibido como presunto regalo de Arabia Saudí, el Rey Juan Carlos decidió que quería disfrutarlo sin pagar impuestos. Así fue cómo se diseñó un entramado para poder quedarse con todo, pensando no en que era inviolable como Jefe del Estado, sino que nadie se enteraría nunca. Juan Carlos de Borbón cometió un error al pensar de ese modo, pero mientras tanto logró disfrutar del dinero.
En relación a cómo le llegaba la cantidad, El Confidencial señala que logró reunirlo en España a través del aeropuerto de Barajas. A partir de los documentos de la investigación se ha conocido que uno de sus presuntos testaferros, Dante Canonica, llevó al Rey Juan Carlos durante años dinero de esos 64,8 millones de euros recibidos de Arabia Saudí.
Los viajes de Dante Canonica de Suiza a España
El procedimiento era sencillo: Dante Canonica pasaba por las oficinas de Mirabaud de Ginebra, sacaba el efectivo que deseaba Juan Carlos de Borbón, cogía un vuelo en la ciudad suiza y llegaba a Madrid, donde el dinero entraba en fajos de billetes por los controles del aeropuerto de Barajas. A pesar de que no se pueden introducir más de 10.000 euros en efectivo procedentes de países de fuera de la Unión Europea, y Suiza, que es de donde venía el efectivo, no es uno de los estados miembros, no saltaron las alarmas y nada se declaró a la Agencia Tributaria. ¿Se debió a que Canonica llevaba menos de ese dinero en sus viajes? Lo cierto es que no, porque según los registros de la cuenta controlada por la Fundación Lucum de Panamá, en cada viaje podía llevarse entre 200.000 y 300.000 euros.
En sus viajes, que solían ser de ida y vuelta en el mismo día, Canonica, o en su defecto Arturo Fasana, que también hizo algún viaje, se aseguraría de entregar el dinero en mano a Juan Carlos de Borbón. Había un registro de la entrega en el que el presunto testaferro daba la cantidad al destinatario, que al recibirlo firmaba un recibo sin membrete en el que figuraban la fecha y el importe. Los viajes se realizaban cada dos meses, aunque hubo momentos en los que Juan Carlos de Borbón debía tener mucha necesidad económica porque le hacía ir todas las semanas.
A la gravedad del asunto se unen las fechas. Las operaciones tuvieron lugar entre 2008 y 2012, precisamente los años más complicados para España debido a la crisis económica. Esos tiempos en los que el Estado estuvo mal y las familias peor, pero no así el Rey Juan Carlos, que disfrutaba de una fortuna. Además, tuvo el valor de seguir con ello el 25 de abril de 2012, cuando solo habían pasado unos días desde que el Rey Juan Carlos tuvo que pedir perdón por el escándalo de Botsuana. Fue precisamente el principio del fin del Rey Juan Carlos.