Galería: La Familia Real Española en imágenes
La filtración de los audios que el excomisario Villarejo y Juan Villalonga grabaron a Corinna zu Sayn-Wittgenstein en 2015 ha sido todo un escándalo que ha hecho mucho daño no solo a la imagen del Rey Juan Carlos, sino a la Corona. Cuando parecía que remontaban y que había cierta paz al haber entrado ya Iñaki Urdangarin en la cárcel para cumplir su condena, la alemana volvió con más fuerza que nunca, con todo lo que ello implica.
De momento, la Corona ha seguido como si tal cosa, y aunque en privado el Rey Felipe pueda estar al lado del Rey Juan Carlos, se enfrenta a un complicado dilema. Por un lado se vería obligado a tomar ciertas medidas, como apartar al Rey Emérito de los actos oficiales y no dejar que sea visto demasiado en público. Eso sería bien visto por la sociedad, pero a él le duele.
Como hijo, le duele ver a su padre en la situación en la que está ahora y con los problemas que podría tener. Por otro lado, está enfadado con él al no haber tenido una actitud ejemplar y causar otra vez daño a la Institución que es ahora Felipe VI quien lidera.
De este modo, tiene un dilema sobre qué es lo mejor que puede hacer, aunque lo más probable es que opte por ordenar a su padre que tenga poca exposición mediática, que no participe en demasiados actos oficiales y que se mantenga libre de nuevos escándalos.
A la espera de la declaración de Sanz Roldán y Villarejo
Para lo demás habrá que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Por lo pronto, el miércoles 25 de julio, el director del CNI, el general Sanz Roldán, declara en la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso para dar su versión de los hechos, ya que su nombre aparece en las grabaciones de Corinna.
Al día siguiente, Villarejo, que se encuentra en prisión provisional, declara ante Diego de Egea, juez de la Audiencia Nacional que investiga la Operación Tándem en la que está implicado el excomisario. Este magistrado decidió abrir una pieza separada para investigar las grabaciones de Corinna, en las que señalaba, entre otras cosas, que el Rey Juan Carlos tenía cuentas en Suiza con testaferros y que había cobrado comisiones millonarias, como la que se habría llevado por el AVE La Meca-Medina.