Charlene de Mónaco es una de las princesas más herméticas, y al mismo tiempo, una de las más abiertas. Apenas se deja ver en público y no es dada a sonreír, pero por otro lado comparte imágenes familiares en su cuenta de Instagram y de vez en cuando concede entrevistas para hablar de su lado más íntimo. Una de cal y otra de arena.
La consorte de Alberto de Mónaco habló con Point de Veu, a quienes abrió su despacho ubicado en el segundo piso del Palacio Grimaldi. Allí suelen acompañarle el Príncipe Jacques y la Princesa Gabriella, que son el centro de su vida, además de significar la continuidad dinástica para el Principado de Mónaco.
La Princesa Charlene se considera una madre presente y protectora: "Como madre, descubro, aprendo. Me parece maravilloso seguir su evolución, acompañarlos en este camino". También comenta que sus hijos estudian en francés en el colegio, pero con ella hablan en inglés. Además de ser positivo que los mellizos se eduquen en los dos idiomas, no es ningún secreto que la consorte no domina la lengua oficial en el Principado. Además, el Príncipe Alberto maneja perfectamente inglés desde que aprendió a hablar al ser hijo de estadounidense.
En cuanto a su rutina, se reparte la tarea: "Por la mañana, su padre les lleva al colegio. Cuando vuelven me toca a mí, y ya hasta el día siguiente. Las tardes son intensas y por la noche les encanta subirse a nuestra cama, por lo que a veces dormimos muy apretados. ¡Y eso sin contar a nuestros perros, Poppy y Harley!", ha manifestado en la entrevista.
El Príncipe Alberto es un padre presente, pero lamentablemente no todo lo que le gustaría: " El Príncipe tiene mucho trabajo y yo también. A veces me acompañan en mis viajes y otras van con su padre. Cuando estamos los cuatro, da igual donde nos encontremos porque ese es nuestro hogar".
"El Príncipe Alberto y yo hemos estado viajando con nuestros hijos desde que nacieron. Los protegemos mucho, somos conscientes de que su entorno inmediato no es el entorno más natural para crecer", asegura Charlene de Mónaco, que señala también que sus hijos se adaptan bien a todas las situaciones. Recuerda con cariño el primer viaje que hizo a Sudáfrica con sus hijos. Allí les enseño Benoni, la ciudad en la que creció. Allí visitaron a los padres de la Princesa Charlene, y los mellizos jugaron con sus primos Raigan y Aiva y con otros niños: "Vi a mis hijos seguros, felices, y me dio una inmensa felicidad". En cuanto a la relación de los mellizos, asegura que se tienen un amor mutuo totalmente incondicional.
No descuida su trabajo
Mucho se comenta que la Princesa de Mónaco descuida sus funciones oficiales. Si bien tarda tiempo en aparecer en público, está enfocada en su propia entidad. L a Fundación Princesa Charlene de Mónaco se encuentra establecida en los cinco continentes y trabaja para extender programas de natación para que los niños aprendan a nadar y no mueran ahogados. La Primera Dama trabaja para conseguir fondos para seguir extendiendo la labor de su entidad.
No ha dudado en hablar sobre la victoria de Sudáfrica en la Copa del Mundo de Rugby 2019. La Princesa de Mónaco, que fue vista y grabada en un pub de Monte-Carlo eufórica en la final de la competición, ha manifestado cómo vivió la victoria: "Con un sentimiento de orgullo indescriptible. El país tiene desafíos que superar, pero las dificultades no impedirán que los sudafricanos se sientan orgullosos de lo que son", ha finalizado Charlene de Mónaco.