En esta visita hubo unas cuantas anécdotas, una de ellas precisamente relacionada con el calor. Al ver a Mariángel Alcázar abanicarse, la Reina comentó el calor que hacía. Sin embargo, la periodista de La Vanguardia confesó: "No, es que ya tengo una edad". Ante la respuesta, Doña Letizia bromeó añadiendo: "Todos tenemos una edad", en referencia a que la propia Reina cumple 50 años mes y medio después de su paso por Valldemossa. Se dio cuenta que tenía al lado a Angie Calero, de ABC, a la que se dirigió con estas palabras: "Bueno, todos no, tú Angie ¿cuántos años tienes?". La periodista respondió que tiene 31 años.
Y de la Princesa Leonor llamó la atención el colgante que llevaba. Se trataba de una cadena dorada en la que se veía una palabra escrita en árabe. La palabra en cuestión significa amor, un bonito detalle para adornar su cuello en esta lengua que utilizó en público brevemente en los Premios Princesa de Girona 2019, cuando pronunció algunas palabras en árabe para dar la enhorabuena a una de las galardonadas.
Durante la visita a la Cartuja de Valldemossa, los cuatro miembros de la Familia Real disfrutaron mucho de esta antigua residencia real que el Rey Martín el Humano cedió en 1399 a los monjes cartujos. Este lugar fue también residencia del compositor polaco Frédéric Chopin y la escritora francesa George Sand. Y allí, en la celda 4 se encuentran documentos y recuerdos del paso de Chopin por la Cartuja de Valldemossa. Además, disfrutaron de la música ofrecida por el pianista Carlos Bonnín, que interpreta desde 1993 piezas de Chopin en este lugar y así lo hizo ante los Reyes y sus hijas.
La visita no fue muy larga, y duró un poco más en los jardines y en la iglesia. Es por eso que el director del Museo Municipal, Joan Oliver Maneu, manifestó al Rey que debería volver con más tiempo. Para lo que dedicaron mucho tiempo fue a los saludos. Entre vivas al Rey y a la Reina y muchos aplausos, la Familia Real correspondió saludando a buena parte de los ciudadanos que se acercaron a verles.
La niña fotógrafa
Repartieron abrazos, destacando el que la Reina dio a una niña. Doña Letizia tiene predilección por los niños pequeños, y al ver a una niña se agachó para saludarle, se dieron un fuerte abrazo y la Reina le dijo que estaba encantada de haberle conocido. Hubo también momentos para selfies y para dejarse fotografiar. De hecho, una niña de 7 años llamada Ariadna pidió a la Reina que se hicieran un selfie. Tras hacerse la foto, quiso hacer otra con su móvil a la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, que accedieron y posaron muy sonrientes mientras Doña Letizia ayudaba a la niña a enfocar.
En cuanto a los regalos se ha dicho que la pastelería Can Molines de Valldemossa regaló 12 cocas de patata a la Familia Real. Sin embargo, Diario de Mallorca señala que el servicio de seguridad de Casa Real lo impidió. Se entiende que se lo harían llegar de otra manera, pero eso sí, la Familia Real no aceptó regalos, y aunque a la Reina y sus hijas les gustaron unas bolsas de llengua mallorquina, finalmente no compraron nada.