La majestuosidad del escenario y los retratados
La sesión empezó a las 11:00 horas y se prolongó hasta las 17:00 horas, con un descanso para comer. De ese día, la conservadora del Banco de España, Yolanda Romero, declaró que Doña Letizia llegó antes, que el ambiente fue distendido y que la sesión fue intensa, pero al mismo tiempo tranquila. La fotógrafa y los Reyes son viejos conocidos. En 2013, Leibovitz recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, momento en el que Don Felipe y Doña Letizia, entonces Príncipes de Asturias, tuvieron la ocasión de interactuar con la galardonada.
El lugar elegido fue el salón Gasparini, escogido por Leibovitz por su exquisita decoración. Se trata de uno de los espacios más bellos del Palacio Real, así como uno de los más utilizados en los actos oficiales. Su decoración de obra de Mattia Gasparini, que fue llamado por Carlos III desde Nápoles para que se ocupara de este espacio histórico que cautivó a Annie Leibovitz y su equipo, compuesto por otras cuatro personas.
Se puede ver a Felipe VI con el uniforme de gran etiqueta de Capitán General del Ejército de Tierra, al que añadió el fajín de Capitán General de los Tres Ejércitos, honor que le corresponde como Rey de España. Además, porta la insignia del Toisón de Oro y el collar y la banda de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, la Gran Cruz al Mérito Naval y la Gran Cruz al Mérito Militar. En la foto del Monarca se aprecian el reloj El Pastor, una mesa isabelina una silla de madera tapizada, un espejo y una lámpara de araña.
Como curiosidad que fue desvelada por la conservadora del Banco de España, Yolanda Romero, Felipe VI posó también con chaqué y con frac, pero al ver el resultado, a Annie Leibovitz le pareció más majestuoso el traje militar con los máximos honores y condecoraciones.
Y luego está la Reina Letizia, no menos majestuosa, aunque sin tiara. Doña Letizia lleva un vestido largo negro con escote palabra de honor firmado por Cristóbal Balenciaga. Este traje fue creado en los años 40 del siglo XX y perteneció a María Junyet, cuyo hijo donó a la Fundación Antoni de Montpalau, que a su vez lo cedió para la ocasión. Complementó su look con una capa-abrigo roja también de Balenciaga que confeccionó para María del Carmen Ferrer-Cajigal, Condesa de Torroella de Montgrí y Marquesa de Robert, para la boda de los Reyes Juan Carlos y Sofía en 1962, siendo así un guiño a los reyes anteriores.
En cuanto a las joyas, escogió los pendientes de chatones pertenecientes a las joyas de pasar de las Reinas de España, piezas de diamantes de enorme valor que Doña Letizia ha lucido en numerosas ocasiones. De chatones fue también el collar, una pieza que se colocó en el cuello por primera vez para la entronización de Naruhito de Japón en 2019 y que perteneció originalmente a la Reina Victoria Eugenia. Como detalle personal, la Reina llevó su anillo de Coreterno el 'Amor che tutto move' (el amor todo lo mueve). La fotógrafo tomó imágenes de Doña Letizia con banda y diadema, pero al final se decidió por este traje que ha pasado a la historia al vestir a la Reina para un retrato de enorme valor e importancia.