Eso ya se sabía, lo que no se conocía es que esa misma noche se desplazaron al barrio de la Latina para cenar. Como señala Look, Don Felipe y Doña Letizia se presentaron en la Chusquery para probar los platos de este restaurante. La primera en llegar fue la Reina, que llevaba un look informal con el que logró pasar desapercibida en un primer momento. Doña Letizia había hecho una reserva con otro nombre, y aunque logró despistar al princpio, cuando se presentó el Rey, se despejaron las dudas de las personas presentes en el local.
Los Reyes Felipe y Letizia, naturales y cómplices
Los Reyes se mostraron muy naturales y tuvieron una velada cargada de complicidad en la que no dejaron de hablar. Les encantó la cena y por ello felicitaron al equipo de cocina, que les conquistó con dos platos y un postre que compartieron. Testigos presenciales aseguran que repitieron croquetas y que al contrario de lo que piensan algunos de que Doña Letizia no come, degustó la cena con apetito. La cuenta fue de unos 25 euros por cabeza.
La seguridad de los Reyes no se vio comprometida en ningún momento. Además, nadie se acercó a saludarles, a pedirles fotos o a hablar con ellos. Por si acaso, en otra mesa estaba su personal de seguridad, que evidentemente tuvo que velar para que todo marchara bien. Por mucho que les gustara salir con libertad, no es posible que el Jefe del Estado y su consorte salgan sin protección.
Don Felipe y Doña Letizia disfrutaron así de esta salida de enamorados que muestra varias cosas. Lo primero, que aman la cultura y les gusta el teatro; lo segundo, que les sigue encantando salir por Madrid y conocer restaurantes; y lo tercero, que pese a los problemas que hayan podido tener, como cualquier matrimonio, son una pareja cómplice y bien avenida.