Una vez finalizada la gran boda entre la Princesa Eugenia de York y Jack Brooksbank, los contrayentes dieron un paseo romántico en carruaje por las calles de Windsor. Después, los recién casados pusieron rumbo al almuerzo que había organizado la Reina Isabel II en la Cámara de Waterloo, la Gran sala de Recepción y en St. George's Hall en el Castillo de Windsor. Entre los invitados al almuerzo no faltaron el Príncipe Guillermo, Kate Middleton y, cómo no, los Duques de Sussex. Allí pudieron disfrutar de una gran velada acompañada de aperitivos y champán Pol Roger, según ha informado la revista People.
Tras tomar unos cuantos aperitivos y beber un poco de champán, los recién casados se posicionaron en el lugar que les correspondía, frente a su gran pastel de bodas para realizar el primer corte ceremonial ante de moverse y mezclarse con sus invitados. Además, el padre de Eugenia de York, el Príncipe Andrés, dio un bonito discurso durante la recepción de los invitados, seguido de unas palabras de Jack Brooksbank.
El Príncipe Andrés, Eugenia de York y Jack Brooksbank camino de The Royal Lodge en su bodaEn el discurso del Duque de York hubo incluso anécdotas graciosas, entre ellas, una corta historia con el perro de su yerno. Tras el discurso, el Príncipe Andrés "le dio un fuerte abrazo a Jack", según ha señalado una fuente a People. En cambio, el discurso de Brooksbank es el típico caso del novio que agradece a todos los invitados que hayan podido acudir a la boda. Tras el almuerzo, los recién casados se montaron en un coche al más puro estilo James Bond con el fin de estar listos para la recepción nocturna en la Royal Lodge.
"Una boda familiar"
Poco antes de la boda de la Princesa Eugenia de York y Jack Brooksbank, el Príncipe Andrés concedió una breve entrevista a una televisión, en la que describió el enlace de su como como una "boda familiar" en lugar de una boda pública. La duda entre el pueblo inglés era en qué habían gastado los 2,5 millones de libras que pertenecían a los contribuyentes británicos. Pues bien, se ha descubierto que, aunque la Familia Real Británica se ha hecho cargo casi por completo de la boda, han utilizado más de dos millones de libras para hacer frente al coste de la vigilancia durante la ceremonia en Windsor.
