La biografía de los Duques de Sussex, ' Finding Freedom ', firmada por Omid Scobie y Carolyn Durand sigue arrojando luz sobre un pasado todavía en parte desconocido sobre cómo el Príncipe Harry y Meghan Markle se enamoraron tan profundamente hasta llegar a alcanzar una vida alejada de la Corona Británica y que tanto revuelo originó a comienzos de este 2020. Todo comenzó cuando tuvieron su primera cita en Londres en junio de 2016, momento en el que el ambos se quedaron prendados el uno del otro.
Los autores del libro afirman entre las páginas de su biografía que un amigo de la pareja aseguró que desde aquel momento el Príncipe Harry estaba "tan obsesionado" con Meghan Markle que era como si estuviese "en trance". "Nunca ocultó que estaba verdaderamente interesado en ella, y quería que ella se enterase", apuntó un amigo de la exactriz. Y lo era, llegando incluso a reconocerle a su círculo más cercano que lo suyo con el nieto de la Reina Isabel II tenía futuro.
El viaje a Botswana que lo cambió todo
La obsesión del Príncipe Harry por Meghan Markle era tal que después de su primera cita le pidió que fuese con él a Botswana. " Creo que fueron tres, tal cuatro semanas las que tardé en convencerla para que viniera conmigo ", contó el propio Duque de Sussex en su primera entrevista tras hacer público su compromiso. "Finalmente vino y estuvimos allí cinco días acampando bajo las estrellas, fue algo absolutamente fantástico", añadió.
Bastaron estos cinco días para que se diese cuenta de que la actriz de 'Suits' era la mujer de su vida. Sin duda fue su actitud desenfadada y natural frente a él lo que acabó enamorándolo todavía más. Meghan Markle viajó hasta Botswana con una pequeña mochila en la que traía, entre otras cosas, crema solar para el Príncipe Harry, de tez muy blanca. Pero sin duda fue otro detalle mucho más reseñable el que dejó al joven totalmente prendado: " Mientras acampábamos, se limpiaba la cara con toallitas húmedas para bebés y, sin preocuparle lo más mínimo, se iba por el bosque si necesitaba iba ir al baño ". Tal y como apuntan los autores, el hecho de que Meghan Markle fuese a orinar de campo dejó al Príncipe Harry totalmente sorprendido -en el buen sentido, por supuesto-.
"Se iba por el bosque si necesitaba ir al baño"
Fue también durante esta primera escapada de pareja cuando la por aquel entonces actriz intentó transmitirle ya al Príncipe Harry su estilo de vida más saludable, introduciéndolo en el mundo del yoga y la meditación. La predisposición que mostró en todo momento hacia lo que ella le contaba y proponía hizo que volviese de aquel viaje "completamente hechizada" y asegurando que "nunca me había sentido tan segura con alguien en tan poco tiempo", le dijo ella misma a una de sus amigas.
El Príncipe Harry tenía claro que Meghan Markle era la mujer ideal para dar un paso más allá. Por ese mismo motivo poco tardó en decidir que quería pedirle matrimonio. Esta biografía también descubre que el hijo del Príncipe Carlos de Inglaterra realizó un viaje secreto a África siete meses antes de pedirle matrimonio a Meghan Markle para encontrar el diamante perfecto para el anillo de compromiso.
Ya en mayo de 2017, casi un año después de aquel revelador viaje a Botswana, "sin que nadie lo supiera, ya se estaba fabricando un anillo de compromiso". Pero, aunque todavía no se había producido el momento de la petición de matrimonio, Socbie y Durand aseguran en la biografía que en junio de ese mismo años Meghan Markle y el Príncipe Harry hablaron con los ayudantes de Palacio sobre cuándo sería el momento del año para que tuviese lugar la ceremonia. No fue hasta finales de noviembre que se hizo público el compromiso de la pareja a través de un comunicado en el que se hacía saber que la pedida había tenido lugar a principios de ese mismo mes.
La búsqueda del diamante ideal
Pero 'Finding Freedom' también desvela que el compromiso se habría producido mucho antes de lo que se contó y que los Duques de Sussex ya estaban comprometidos cuando hicieron su primera aparición pública durante los Juegos Invictus de septiembre de 2017 y que la pedida había tenido lugar durante otro viaje a Botswana con motivo del 36 cumpleaños de Meghan Markle y su primer año como pareja. Sea como fuere, ellos mismo contaron cómo ocurrió tan romántico momento: durante una cena a solas. " Fue una sorpresa increíble ", dijo la exactriz durante su primera entrevista tras el anuncio oficial: "Fue tan dulce, natural y romántico. ¡Se puso de rodillas!".
El Príncipe Harry recuerda de aquel momento -tal y como contó en una entrevista para la BBC- el entusiasmo de la actriz por decirle que sí : "Ni siquiera me dejó terminar: '¿Puedo decir que sí? ¿Puedo decir que sí?' Después nos abrazamos, pero yo seguía teniendo el anillo en mi mano y le dije: '¿Puedo darte el anillo?', y ella dijo: 'Oh, sí, el anillo'". Pero más allá de esta divertida anécdota, aquello fue para ambos "un momento realmente agradable" ya que "éramos solo nosotros dos y realmente conseguí sorprenderla", aseguró.
Cómo Meghan Markle se enamoró perdidamente del Príncipe Harry
Si el Príncipe Harry se enamoró de Meghan Markle por su actitud naturalista y relajada, para la actriz el detalle fue otro que tendría mucho que ver con un futuro juntos: como el Príncipe Harry se comportaba con los niños. Fue durante su estancia en la casa de los Mulroney, donde se cobijaron antes de que su relación se hiciese pública y donde permanecieron después de que ya se conociese.
La joven pudo ver como su futuro marido jugaba y cuidaba de los hijos de su amiga Jessica Mulroney -Brian y John, de tres años; e Ivy de un año- y eso la enamoró perdidamente de él. Además de estar siempre dispuesto a jugar con ellos, el nieto de la Reina Isabel II " nunca apareció con las manos vacías cuando nos visitaron en Toronto ", algo que también hacía destacar su generosidad. Fue allí donde Meghan Markle descubrió que el joven sería el hombre perfecto para ser el padre de sus hijos.