El Príncipe de Gales visitó en solitario las Islas Sorlingas, donde comentó lo enfadada que estaba su familia por haber ido allí sin ellos. Eso sí, les llevó un pequeño y delicioso regalo.
El Príncipe Guillermo sigue adelante con su agenda oficial mientras Kate Middleton continúa con su tratamiento contra el cáncer. En esta ocasión, el Príncipe de Gales viajó a Cornualles en una visita oficial que ha durado dos días. Es decir, es la primera noche fuera de casa del heredero desde la enfermedad de la Princesa de Gales, lo que puede significar que está mejor.
El Duque de Cornualles, título que recibe automáticamente el heredero al trono británico, se desplazó a Nansledan, donde el Ducado de Cornualles financia un proyecto para construir viviendas para personas sin hogar. Allí opera St Petroc's, una organización benéfica para personas sin techo en Cornualles, y el Príncipe Guillermo se interesó por su labor y por la gente a la que ayudan.Más tarde se trasladó a la playa Fistral en Newquay, donde conoció a jóvenes socorristas, jugó al voleibol y saludó a unos niños, entre ellos a uno llamado Phoenix que tenía el brazo escayolado. No dudó en firmarle la escayola, y al saber que se había caído del columpio, le dijo que la próxima vez tiene que agarrarse bien.
Su viaje oficial en solitario a las Sorlingas
Al día siguiente cogió un barco para visitar por primera vez las Islas Sorlingas como Duque de Cornualles. Visitó el puerto de St Mary, la más grande de las Islas Sorlingas, tras haber estado en Tresco, una de las más pequeñas. Reconoció que había podido darse un chapuzón en el mar aprovechando el buen tiempo y visitó el Hospital Comunitario de St. Mary, donde se va a construir un integrado de atención sanitaria y social en los terrenos que gestiona el Ducado de Cornualles.
Además, entró en la cafetería On the Quay, donde pidió cinco empanadillas, una de las delicias locales. Se llevó así una para él, otra para Kate Middleton, otra para el Príncipe George, otra para la Princesa Charlotte y una quinta para el Príncipe Louis, que parecen ser tan fans como él de las empanadillas de las Sorlingas.Como señala Daily Mail, tras el detalle con su familia, el Príncipe Guillermo comentó que le encantaría quedarse más tiempo, pero que volvía ya para pasar el fin de semana en Windsor: "Mi familia está enfadada porque estoy aquí sin ellos. Los niños me matan si no vuelvo ya a casa". El motivo es que a los Gales les encantan las Islas Sorlingas. La familia ha pasado varias veces sus vacaciones aquí, convirtiéndose en su lugar de veraneo favorito junto a Anmer Hall, su casa de campo en Norfolk.