Ya como se hizo saber entonces, el motivo no era por no tener un sitio en esa reducida lista, sino porque sus médicos le aconsejaron que evitase un vuelo tan largo en plena pandemia del Coronavirus estando embarazada. A pesar de esto, la exactriz quiso estar de alguna forma presente en la ceremonia y, para ello, encargó enviar una corona de flores en su nombre.
Esta corona contaba con varios detalles muy simbólicos en referencia al Duque de Edimburgo ya que incluía acanto o pie de oso (Acanthus mollis), la flor nacional de Grecia, su país natal; cardo azul o acebo del mar (Eryngium), flor que representa a los marines reales; y también las tradicionales rosas, flores típicas del mes de junio, cuando nació el abuelo de sus hijos. Esta además incluía también una nota escrita de su puño y letra.
Un corona llena de detalles
Varios medios británicos hicieron también saber que Meghan Markle, pese a no estar presente, estaba siguiendo toda la ceremonia a través de la televisión como otros varios millones de personas en todo el mundo. Ella, desde su casa en Montecito, Los Ángeles, California, a donde se mudó con el Príncipe Harry tras salir de manear oficial de la Corona Real británica.