Por tanto, fue ya en el complejo en el que se encuentra su residencia habitual donde recibió a amigos y familiares para celebrar su 80 cumpleaños, donde no faltaron sus hijas y algunos de sus nietos. Los grandes ausentes fueron Gustav y Carina zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg, que se encontraban en Estados Unidos, donde tres días antes habían sido padres por segunda vez por gestación subrogada.
Almuerzo en casa de Federico y Mary de Dinamarca
"La pareja real invitó hoy a Su Alteza Real la Princesa Benedicta y a su familia a un almuerzo de cumpleaños en el Palacio de Federico VIII en Amalienborg. La Princesa Benedicta cumplió ayer 80 años y nació y creció en el Palacio de Federico VIII. La mansión es hoy la residencia de Sus Majestades los Reyes". Así, se honró además el cumpleaños de la Princesa Benedicta al celebrar un almuerzo en el lugar en el que nació y donde se crio con sus padres, los Reyes Federico X e Ingrid, y sus hermanas.
Hubo además una foto en la que se podía ver a la Princesa Benedicta sentada en el centro con sus hermanas, la Reina Margarita y la Reina Ana María, a cada lado. Detrás se situaron los Reyes Federico X y Mary, con los extremos ocupados con varios miembros de la dinastía zu-Sayn-Wittgenstein-Berleburg, la familia de Benedicta de Dinamarca.
Así, por un extremo se colocaron la Princesa Nathalie zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg y su hijo Konstantin Johannsmann, así como la Condesa Ingrid de Pfeil y Klein-Ellguth, Al otro se situaron la Princesa Alexandra zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg con su segundo marido, el Conde Michael Ahlefeldt-Laurvig-Bille, y su hijo mayor, el Conde Richard de Pfeil y Klein-Ellguth. Se echó de menos a los Príncipes Gustav y Carina, que estaban con su hija recién nacida, y a Louise Johannsmann, hija de Nathalie zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg.
Ya de paso, Mary de Dinamarca pudo felicitar personalmente a su ahijado, Konstantin Johannsmann, cuya confirmación se perdió el sábado 27 de abril de 2024 pese a que la presencia de padrinos y madrinas es importante en esta liturgia. Quizás al saber que iban a verse poco después, se organizó de esta manera y así se evitó el viaje de la Reina Mary de Copenhague a Bad Berleburg, situados a más de 700 kilómetros de distancia.