Las relaciones diplomáticas entre Reino Unido y España son buenas, aunque tampoco excelentes. Si bien es cierto que el Brexit no ha ayudado a mejorarlas, la causa principal es Gibraltar, una disputa que tiene visos de seguir envenenando año tras año la conexión entre los dos reinos europeos.
Fue toda una sorpresa saber que la Reina Isabel recibiría en una Visita de Estado a los Reyes Felipe y Letizia en 2016. Con el relevo en el trono de España, Reino Unido quería estrechar lazos con el nuevo Monarca. Sin embargo, la imposibilidad de formar Gobierno en nuestro país llevó a la suspensión del viaje hasta que España tuviera presidente y Ejecutivo, con el inconveniente añadido de que Isabel II solo permite dos Visitas de Estado al año.
Tras una ardua labor por parte de ambos países, por fin se anunció que entre el 6 y el 8 de junio de 2017, Don Felipe y Doña Letizia serían recibidos con todos los honores por la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo. Ya nada podía salir mal, pero entonces Theresa May convocó elecciones anticipadas para el 8 de junio. Rápidamente un portavoz del Gobierno Británico aseguró que habría Visita de Estado, pero los nervios estaban ya a flor de piel. Finalmente se buscó una nueva fecha, que será del 12 al 14 de julio.
Una nueva noticia de calado sacudió a los británicos el 4 de mayo. La Casa Real Británica comunicó que el Duque de Edimburgo se retira de la vida oficial; lo hará en otoño de 2017, tras cumplir con normalidad con su agenda hasta el próximo mes de agosto. Seguirá vinculado con las entidades de las que es patrón y aparecerá en algunos actos siempre y cuando lo estime oportuno.
Pocos encuentros y unos cuantos desencuentros
Así, Felipe de Edimburgo ha tenido el detalle de seguir al pie del cañón en la Visita de Estado de los Reyes Felipe y Letizia a Reino Unido, y ejercerá de anfitrión junto a la Reina Isabel. Para las siguientes Visitas de Estado que vendrán... ya serán una incógnita si Su Alteza Real se deja ver.
La importancia de este gesto es enorme, ya que son varios los problemas surgidos entre Reino Unido y España en los últimos 35 años. Sin ir más lejos, a la boda del Príncipe Carlos y Lady Di, celebrada en julio de 1981, no hubo representación de la Casa Real Española. La razón fue que la primera parada de la luna de miel de los novios era Gibraltar.
Otro hecho destacable sucedió en 2012, cuando la Reina Isabel celebró el Jubileo de Diamante e invitó a los reyes del mundo (reinantes y no reinantes) a Windsor. La Reina Sofía iba a representar a la Corona, pero el malestar surgido en aquel tiempo con Gibraltar por varios motivos llevó a que la consorte real se quedara en España.
Los encuentros entre los Windsor y los Borbones no son demasiado habituales. Ni una Casa Real ni otra se prodiga en actos de la realeza, o si acaso la Familia Real Británica invita a miembros menores como los Condes de Wessex o los Duques de Kent. La Reina Isabel y el Duque de Edimburgo realizaron una visita oficial a España en 1988, mientras que los Reyes Juan Carlos y Sofía fueron invitados a una Visita de Estado a Reino Unido en 1986. Pese a todo caló la amistad, y los Reyes invitaron a los Príncipes de Gales y sus hijos a Marivent.
Ahora, este encuentro será el primero entre la Reina Letizia y la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo, a quien no ve desde la boda de los Duques de Cambridge en abril de 2011. Servirá también para despedirse del consorte en activo más longevo de la historia de Reino Unido.