No había gran fiesta, pero sí felicitación pública. Una vez más, la Reina caía en el error de seguir apoyando al tercero de sus vástagos pasara lo que pasara. Así, las cuentas oficiales en redes sociales de la Familia Real Británica publicaron una felicitación hacia el Duque de York mostrando una imagen de bebé y otra actual.
Es habitual que cuando la Casa Real Británica felicita a uno de sus miembros utilice el hashtag #HappyBirthdayHRH (Feliz cumpleaños Su Alteza Real). El utilizar el tratamiento de Alteza Real es un símbolo de estatus que no es baladí. Sin embargo, al Duque de York se le ha negado, lo que denota que una cosa es felicitarle y otra es reconocerle su regio tratamiento, algo que sí se hizo cuando cumplió 59 años.
La importancia de ser o no ser Alteza Real
Lo curioso es que este tratamiento se ha negado en las felicitaciones de 2020 de la Duquesa de Cambridge, en la de 2019 de la Duquesa de Sussex, siendo utilizado para otros miembros menores como la Princesa Beatriz, el Duque de Gloucester o la Princesa Alexandra. Se podría argumentar que ambas son consortes, pero también se ha felicitado a la Condesa de Wessex con el #HappyBirthdayHRH, por lo que parece que en estos casos fue un olvido no intencionado.
El uso o no uso, la tenencia o la ausencia del tratamiento de Alteza Real es muy importante en Reino Unido. Además del título, lo que da estatus es ser Alteza Real. Es por eso que no se le otorgó a Wallis Simpson, que se limitó a ser Duquesa de Windsor por su matrimonio con el breve Rey Eduardo VIII, y siempre le dolió. Cuando Lady Di y Sarah Ferguson se divorciaron, conservaron el título, pero fueron despojadas del tratamiento. Asimismo, en el acuerdo del Sussexit no se retiró oficialmente el tratamiento de Alteza Real a los Duques de Sussex, pero no se les permite utilizarlo. En el caso del tercer hijo de Isabel II, sigue siendo Alteza Real, tiene la dignidad de Príncipe de Reino Unido y el título de Duque de York. Aunque apartado oficialmente, ha sido felicitado por Buckingham Palace y las campanas de la Abadía de Westminster han repicado en su honor. Donde no se le ha rendido homenaje es en los edificios oficiales, como tampoco ha sido ascendido a almirante como le correspondería al llegar a los 60. Teniendo el panorama que tiene, tampoco está para quejarse.