Una de las cosas que se ha podido conocer es que el ahora Rey Carlos III avisó a su hijo de la muerte de su abuela tan solo cinco minutos antes de que se hiciera oficial a través de un comunicado, por lo que fue el último de la familia en enterarse. Tampoco tiene que ser plato de buen gusto enterarte de algunas cosas por la prensa, y eso los Duques de Sussex también lo han experimentado. Los dos no estuvieron presentes en la recepción de Carlos III y su mujer en el Palacio de Buckingham el domingo 18 de septiembre, encuentro al que acudieron numerosos mandatarios, y su ausencia se debe a que no estuvieron invitados.
Parece ser que en un principio sí fueron invitados a dicho encuentro a través de una carta que les llegó a principios de semana, pero según los funcionarios que trabajan para la Casa Real, aquel envío se debió a un fallo de comunicación ya que la cita estaba exclusivamente reservada para los miembros activos de la monarquía, así que ellos no podían asistir. Y el problema no es solo ese, porque nadie había comunicado dicho error de protocolo a los propios Duques de Sussex, con todo lo que eso conlleva.
El Príncipe Harry y Meghan Markle se habrían enterado por la prensa de que no tenían permiso para acudir a la importante cita con los líderes mundiales, aunque sí estuvieron los Príncipe de Gales, así como la Princesa Ana y los Condes de Wessex. Por otro lado, tampoco acudieron al almuerzo que el Rey Carlos III dio a los gobernadores de los países de la Commonwealth en el mismo Buckingham Palace.
Decepción tras decepción
Y otra de las decepciones que ha tenido el Príncipe Harry ha sido durante la vigilia de su abuela. Al hijo menor del Rey se le concedía una dispensa especial para que volviera a lucir su uniforme militar después de tres años sin poder hacerlo, y solo por la ocasión de la que se trataba, aunque lo ha hecho con puntualizaciones, ya que se ha mostrado muy decepcionado al darse cuenta de que las iniciales ER -Elisabeth Regina- de la Reina fueron eliminadas del hombre de su traje de las Fuerzas Armadas, mientras hacía la guardia de honor junto al féretro. Se ha llegado a decir que incluso el Duque de Sussex llegó a plantearse no llevar el uniforme.