El pasado miércoles 13 de diciembre, los restos mortales de Miguel I fueron llevados al Palacio Real de Bucarest, actual Museo Nacional de Arte de Rumania. Allí se colocó la capilla ardiente, por la que según fuentes de la Casa Real Rumana pasaron unas 30.000 personas. Allí se celebró una misa privada antes de que se colocara el féretro en el exterior del edificio, donde ha tenido lugar una ceremonia militar y religiosa antes de llevar el cuerpo a la Catedral del Patriarcado, donde se ha oficiado el funeral de Estado por el eterno descanso de quien fue Monarca entre 1927 y 1930 y entre 1940 y 1947.
La realeza se une en el dolor
De nuevo, ha sido la ocasión perfecta para ver juntos otra vez a los padres del Rey de España, que han representado a la Casa Real Española por motivos obvios, tanto por edad como por relación. El Rey Juan Carlos y la Reina Sofía se han mostrado todo lo cómplices que podían en un momento tan complicado para ambos, ya que el Rey Emérito también sentía un profundo apego hacia un hombre al que respetaba mucho y al que siempre echará de menos.
También estuvieron presentes otros miembros de Casas Reales como los Reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia, el Príncipe de Gales, que ha estado charlando con la Reina Sofía, el Gran Duque Enrique de Luxemburgo, Astrid y Lorenzo de Bélgica y Leka de Albania, entre otros royals.
No podía faltar la Familia Real Griega, muy cercana a la Familia Real Rumana por vínculos familiares. La Reina Ana María de Grecia representó a los helenos acompañada del tercero de sus hijos, el Príncipe Nicolás, lo que ha evidenciado que la salud del Rey Constantino sigue debilitándose. Al último Rey de los helenos le hubiera encantado despedirse de su primo hermano, pero sus cada vez más evidentes problemas físicos han aconsejado que no acuda. Quien sí ha estado ha sido Irene de Grecia, que fiel a su discreción, ha ocupado un lugar más que secundario.
Terminados los oficios, los asistentes al funeral viajarán a Curtea de Arges, a 155 kilómetros de Bucarest, donde se celebrará otra misa en la Nueva Catedral Ortodoxa y se enterrará al Rey Miguel en el Mausoleo Real, donde está enterrada la esposa del Rey, la Reina Ana, fallecida en agosto de 2016.