El 7 de diciembre de 2021, Amalia de Holanda cumple 18 años y al convertirse en mayor de edad, podrá ejercer como Princesa de Orange. Si bien no se dedicará al servicio a la Corona a tiempo completo hasta que termine sus estudios, sí estrenará su mayoría de edad incorporándose al Consejo de Estado en una ceremonia en la que dará su primer discurso. Será presentada por su padre, el Rey Guillermo Alejandro de Países Bajos, al que algún día sucederá.
En el otro extremo del mundo hay otra princesa que ha estrenado la mayoría de edad, aunque 6 días antes. Se trata de Aiko de Japón, única hija de los Emperadores Naruhito y Masako de Japón, nacida el 1 de diciembre de 2001. La Princesa Aiko llegó 8 años después de la boda de sus padres, que sufrieron una enorme presión para tener descendencia, sobre todo en el caso de la Emperatriz. Para colmo, resultó una 'decepción' que fuera una niña, aunque no para sus padres, que no conocieron felicidad mayor que el haber tenido a su hija. El país del sol naciente tiene un grave problema con el machismo, lo que va desde arriba hasta abajo. Así, no es que el varón tenga prioridad sobre la mujer en la misma línea, sino que es del todo imposible que una mujer acceda al trono y sea Emperatriz por sí misma. Por ello, la hija de Naruhito y Masako de Japón nunca reinará, sino que después de Naruhito va su hermano, el Príncipe Akishino, y después el Príncipe Hisahito, primo hermano de la Princesa Aiko.
Aiko de Japón alcanza su mayoría de edad, que en Japón pasa en abril de 2022 de los 20 años a los 18, por lo que ella no se ha beneficiado del adelanto por muy poco tiempo. Desde el mismo momento en el que alcanza la mayoría de edad, la Princesa Aiko puede empezar a representar a la Casa Imperial. La hija del Emperador lo hará, pero antes le toca celebrar este gran paso, aunque de forma más deslucida que sus antecesoras debido a la pandemia, que además de restricciones y precaución ha llevado a la Casa Imperial a ser más austera.
Para empezar, los festejos no son el mismo día de su 20 cumpleaños, sino que se ha trasladado al domingo 5 de diciembre de 2021 para que pudiera seguir con sus clases de Literatura Japonesa en la Universidad Gakushuin de Tokio, mismo centro en el que estudió su padre. En esa fecha recibe las felicitaciones del Primer Ministro de Japón, así como de los miembros de la Familia Imperial invitados a palacio para la recepción en honor a la Princesa Aiko. Ni comida, ni bebida, no será un banquete sino más bien una audiencia. Antes de la recepción, la hija del Emperador visita los Tres Santuarios del Palacio Imperial de Tokyo para rendir tributo a sus antepasados. Se trata del mismo lugar que una semana antes de su boda visitó la Princesa Mako, su prima, como parte de los ritos previos a su enlace con Kei Komuro. Tras sus rezos, la Princesa Aiko visita a sus abuelos, los Emperadores Akihito y Michiko.
Sin tiara de estreno
El Emperador Naruhito sabe que su hija no le sucederá, pero sí que puede darle ciertos honores. Uno de ellos es hacerle entrega del gran cordón de la Orden de la Preciosa Corona, máxima distinción que reciben las mujeres de la realeza. Dos de ellas son la Reina Letizia y la Reina Sofía, que la recibieron en su momento. En ese momento la Princesa Aiko llevará un vestido blanco de gala y la tiara con la que se le agasaja por su mayoría de edad. Y aquí, otra polémica. En lugar de haberse realizado una tiara específica para Aiko, como ha ocurrido con otras princesas imperiales antes que ella, se ha 'reciclado' una ya existente que estaba en desuso: la de su tía Sayako.
La antigua princesa imperial, convertida en la ciudadana Sayako Kuroda tras casarse en 2005 con Yoshiki Kuroda, un hombre fuera de la realeza. Al hacerlo, dejó de usar la tiara, que quedó disponible hasta que, como medida de ahorro, se optó por reservarla para la única hija del Emperador, que ni heredará el trono, ni puede tener una tiara creada para ella como sí tuvieron sus primas Mako y Kako. La joya no fue pagada directamente por los contribuyentes, sino que fue sufragada por el Emperador Akihito, padre de Sayako y abuelo de Aiko.
Y así, la Princesa Aiko no estrena tiara propia, sino una reciclada, cosa por otro lado habitual en las Casas Reales de Europa, donde las royals tienen un joyero a su disposición para las grandes ocasiones. En España se llaman las joyas de pasar, tiaras y otros adornos que pertenecen al joyero de la Casa Real y que van de Reina en Reina, como la de Flor de Lis, espectacular tiara que lució Doña Letizia en la cena de gala con motivo de la Visita de Estado de los Reyes de España a Suecia, acontecimiento que tuvo lugar una semana antes de la mayoría de edad de la Princesa Aiko.
De todos modos, sea tallada para ella o proveniente del joyero real al haber sido antes de otra princesa, es probable que la Princesa Aiko la luzca tan solo hasta que se case. Salvo que permanezca soltera o contraiga matrimonio con una persona de sangre real, deberá abandonar la Casa Imperial Japonesa e iniciar una nueva vida como ciudadana privada, momento en el que tiene que devolver las joyas con las que se obsequia a las princesas niponas cuando llegan a la mayoría de edad. Eso sí, cuando eso ocurra todo el mundo espera que, si no han cambiado las cosas en Japón y tenga que renunciar a su vida anterior, al menos que no sufra lo mismo que pasaron Mako de Japón y Kei Komuro.