Nada más conocer que la redacción de la sentencia del caso Nóos está en punto muerto puesto que las juezas no se ponen de acuerdo en la decisión -algo que tendrán que resolver antes del 31 de marzo, plazo límite para su emisión-, han salido a la luz unas palabras que comprometen, y mucho, a la Infanta Cristina.
Según publica El Mundo, después de pasar por el banquillo de los acusados, la hermana del Rey Felipe se despachó a gusto en los pasillos de la Audiencia de Palma, donde confesó su deseo de dar carpetazo de una vez por todas a este proceso judicial.
Una punto y aparte que solo desea para no tener que volver a pisar España: " Qué ganas tengo de que acabe esto para no volver a pisar este país ", fueron las palabras exactas que salieron de la boca de la Infanta -algo que se conoce después de los rumores de que toda la familia estaría pensando en instalarse en Portugal-.
Frase tras la que la hija del Rey Emérito se despidió de los presentes, a los que tendrá que volver a ver el día de la lectura de la sentencia del caso Nóos. Y unas palabras que llegan cuando se cumplen dos años de la decisión del Juez Castro de sentar en el banquillo de los acusados a la Infanta.
La Infanta Cristina, muy preocupada por sus hijos
24 largos meses en los que la Infanta Cristina ha estado sumamente preocupada por cómo estaban viviendo sus cuatro hijos todo lo que se publica y se dice sobre su situación judicial. Especialmente preocupada estaría por Juan Valentín, el mayor.
Y es que el citado medio asegura que está inquieta "por cómo ha digerido el proceso judicial". Un malestar que comparte y debate, además de con su marido, con su madre la Reina Sofía y con su hermana la Infanta Elena.
De su hermano el Rey Felipe y de su padre el Rey Juan Carlos no hay ni rastro en su vida. No habla de ellos ni con ellos, y mucho menos con la Reina Letizia, que un día fue, más que una cuñada, una amiga a la que confiar sus secretos.