El 25 de febrero se cumple 1 año desde la primera declaración de Iñaki Urdangarín como imputado. Era el primer miembro de la Familia Real que comparecía ante un juez en estas condiciones, y la expectación era máxima.
El paseíllo del Duque de Palma
Han pasado 364 días desde aquel paseíllo en el que el Duque de Palma se enfrentó a los insultos y abucheos de la multitud que se agolpaba en la calle Parellades, donde se encuentra la parte trasera del juzgado de instrucción número 3 de Palma de Mallorca, de su pequeña comparecencia ante los medios de comunicación, y lo que es más importante, de su declaración ante el implacable juez José Castro y el no menos incisivo fiscal Pedro Horrach.
Hace un año, el Duque de Palma se bajó del vehículo en el que viajaba para bajar a pie la rampa hasta las puertas del juzgado. El rictus de Iñaki Urdangarín denotaba su nerviosismo, aunque soltó lastre cuando se dirigió a los medios y lanzó el mensaje que llevaba aprendido de memoria.
La segunda declaración de Iñaki Urdangarín
Este sábado 23 de febrero Iñaki Urdangarín vuelve a verse las caras con la Justicia con una nueva declaración. El Duque de Palma se sentará en la sala de visitas del citado juzgado y declarará mientras una cámara graba sus gestos y palabras, al contrario de lo que ocurrió hace un año.
Habrá 40 personas en la sala, entre ellas el juez Castro, los fiscales Pedro Horrach y Miguel Ángel Subirán, (azote de la corrupción en Baleares), los representantes de la acusación particular y de la popular. El abogado de Iñaki Urdangarín, Mario Pascual Vives, Manuel González Peeters, letrado de Diego Torres, así como el defensor de Carlos García Revenga, que declarará cuando finalice el Duque de Palma.
De nuevo, el 23-F será un día clave para la Familia Real Española. El de 1981 lo fue por el intento de golpe de Estado que paralizó el Rey Don Juan Carlos, lo que consolidó la Democracia y le sirvió para obtener definitivamente el respeto y admiración de los españoles. El de 2013 difícilmente encumbrará a la Casa Real; por lo pronto, el Rey no quitará ojo a su yerno desde el cuadro que preside la sala.