La muerte de Juan Gómez-Acebo fue toda una sorpresa. Tenía solo 54 años, parecía estar bien, y además, tan solo cinco meses antes había muerto su hermano pequeño, fallecido a los 49 años y que en su caso, hacía ya mucho tiempo que tenía una salud delicada. Sin embargo, sus familiares y amigos más cercanos sí sabían que el Vizconde de la Torre se estaba muriendo.
Tras su fallecimiento, Carmen Duerto contó que al hijo de la Infanta Pilar se le diagnosticó un cáncer. Ocurrió justo después del funeral de su hermano Fernando, en abril de 2024, cuando una persona cercana le escuchó toser de una manera que no le dio buena espina y le animó a ir al médico. La periodista añadió que tras hacerle unas pruebas, se le diagnosticó un cáncer con metástasis en cuatro órganos vitales. Lamentablemente, ya poco podía hacerse por él.
Tras su entierro en el panteón familiar del cementerio de San Isidro y la misa funeral celebrada en su memoria en la Catedral Castrense el 8 de septiembre de 2024, ¡Hola! añadió más datos sobre cómo fue la última etapa de su vida. El Vizconde de la Torre llevaba meses con dolores de cabeza, por lo que había ido al médico en Estados Unidos, donde residía, y estaba tomando una medicación. Como bien indicó Carmen Duerto, tras el funeral de su hermano fue a hacerse un chequeo, donde se le hizo saber que estaba gravemente enfermo.
Al saber que le quedaba meses de vida, dejó Miami, donde vivía para estar cerca de su hijo Nicolás, nacido en 2016 fruto de su relación con la estadounidense Winston H.Carney, y se mudó a Madrid, donde fue acogido por su hermano Bruno y su cuñada, Bárbara Cano. En España pudo pasar más tiempo con sus hermanos, sobrinos, amigos y primos como Alfonso Galobart, nieto de la Infanta María Cristina y por tanto, bisnieto como él, de los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.
Quiso morir en casa
Al llegar el verano se trasladó a Mallorca, donde pasó todos los veranos de su vida en la casa que tenía allí la Infanta Pilar. Tras su muerte, se la quedó Simoneta Gómez-Acebo comprando su parte a sus hermanos, y aunque se pensaba que se había instalado allí, el citado medio indica que Juan Gómez-Acebo alquiló una pegada a la de su hermana, donde se quedó pasando el verano con su hijo Nicolás.
Disfrutó del verano, en la medida de lo posible, con sus familiares y amigos, con los que pasó su última noche de celebración en un restaurante. Volvió a casa con frío, y acabó ingresado en la clínica Rotger de Palma por una neumonía. Sabiendo que se acercaba el final, pidió el alta porque no quería morir en el hospital. Finalmente falleció en casa en la madrugada del 12 de agosto de 2024 a los 54 años.