La designación del Lugarteniente-Representante se produce tradicionalmente en el proceso de cambio de reinado y está regulado constitucionalmente. Así, durante un tiempo van a converger el Gran Duque Enrique I con Guillermo de Luxemburgo como Lugarteniente Representante hasta que termine el periodo de transición y se produzca el relevo en el trono.
Una nueva construcción que van a pagar ellos
Los Grandes Duques Enrique y María Teresa han tenido su hogar en el Château de Berg, destinado para la pareja reinante. Se esperaba que cuando los Grandes Duques fueran Guillermo y Stéphanie, ocuparan el Château de Berg. Sin embargo, no va a ser así exactamente. En ese sentido, el Gran Duque Heredero emitió un comunicado para anunciar su intención de construir una nueva edificación en los terrenos reales para vivir en ellos con su esposa y sus hijos.
"Como padres y como futuro jefe de Estado, la Princesa y yo enfrentamos el desafío de equilibrar nuestro compromiso con la nación y nuestra vida familiar con nuestros hijos. Los momentos que pasamos con ellos deben ser preciosos y el entorno en el que crecen es decisivo para su desarrollo, pero también para ayudarles a afrontar con responsabilidad sus tareas futuras. Por estos motivos queremos orientar nuestro estilo de vida en una dirección que consideramos más contemporánea y familiar", comenzó Guillermo de Luxemburgo.
"Queremos que nuestros hijos crezcan en un ambiente familiar íntimo. Por eso, con el acuerdo del Gran Duque y del Gobierno, planeamos construir un anexo en los terrenos del castillo de Colmar-Berg. Esta dependencia quedará reservada a nuestra vida familiar y se financiará con nuestros propios medios. Por lo tanto, la construcción se realizará sin fondos públicos. Además, es evidente que se cumplen estrictamente todas las disposiciones legales y reglamentarias que se aplican a este tipo de proyectos en el Gran Ducado", añadió. Por tanto, su deseo es tener una vivienda separada del castillo que sea totalmente íntima y privada y que va a ser costeada por Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo y no por el Estado.
¿Y qué va a pasar con el Château de Berg? De acuerdo con el plan del Gran Duque Heredero, va a quedarse como lugar de trabajo y quizás se abra al público, algo muy habitual en los palacios reales y que ayuda a atraer turismo. "El Château de Berg va a conservar su función como lugar de trabajo para recepciones oficiales o de personalidades. Además, se podría explorar la posibilidad de abrir el castillo al público en determinadas épocas del año, como ya se hace hoy en día en el palacio".
"Estamos convencidos de que ésta es la mejor manera posible de combinar nuestras obligaciones institucionales con nuestra vida familiar. Junto a la Princesa, quiero agradecer a todas las personas que nos han acompañado en este proyecto hasta ahora y nos seguirán acompañando", finalizó Guillermo de Luxemburgo.