La Reina Isabel, el PrÃncipe Carlos y el PrÃncipe Guillermo se han quedado estupefactos ante la decisión de los Duques de Sussex. Sin embargo, y pese al enfado inicial por las formas, la Monarca ha decidido poner toda la maquinaria a trabajar para ver cómo se pueden satisfacer las demandas de sus parientes sin poner en peligro a la MonarquÃa ni engrandecer una crisis familiar que es un hecho. La decepción y el enfado de Isabel II son manifiestos, pero es consciente de que la Corona tiene que hacer frente a este reto y salir adelante. Se habla también de la necesidad de un plan coordinado con Estados Unidos y Canadá, paÃses en los que se supone que los Duques de Sussex pasarán su tiempo cuando no estén en Reino Unido.
La Duquesa de Sussex se ha ido y ha dejado solo ante el peligro al PrÃncipe Harry, que es al que le ha tocado lidiar con la crisis que ellos mismos han provocado. El Duque de Sussex volverá a Canadá, pero antes tiene compromisos que cumplir en Londres, por lo que permanecerá en Reino Unido preparándolo y arreglando la complicada situación que se vive en el seno de la Casa Real Británica.
Harry y Meghan lo tenÃan todo pensado
El enfado de la Reina no es solo por el hecho en sÃ, sino por cómo han transcurrido los acontecimientos. Los Sussex apostaron por la vÃa unilateral, sin negociaciones ni acuerdos en un tema tan complicado. Isabel II se enteró por la televisión, mientras que el PrÃncipe de Gales y el Duque de Cambridge recibieron el texto del comunicado 10 minutos antes, algo a todas luces insuficiente.
Para los Windsor fue una sorpresa, pero no para los Sussex, que lo tenÃan todo pensado. Aunque sus consejeros les recomendaron que esperaran y que negociaran una salida pactada, ellos se negaron y quisieron hacerlo lo más rápido posible. Esperaron a volver a Reino Unido, y una vez allà soltaron la bomba. Meses antes habÃan trabajado para tenerlo todo listo para empezar una nueva vida a partir de 2020, y aunque la Corona estaba a favor de que iniciaran una etapa distinta sin romper del todo con la Casa Real Británica, el mayor reproche es no haber respetado los tiempos.