El Príncipe de Suecia demostró su pericia con una bicicleta con la que dejó asombrados a los jóvenes de la escuela que visitó.
La realeza suele ser muy deportista, e incluso algunos royals han participado en los Juegos Olímpicos en vela y equitación. En Suecia no son jinetes o amazonas profesionales como Marta Luisa de Noruega, la Infanta Elena o Zara Phillips. Tampoco son expertos regatistas como el Rey Felipe o Harald de Noruega, pero tienen a Daniel de Suecia, que no solo practica deporte, sino que lo fomenta dentro de su agenda oficial.
Uno de los campos en los que trabaja es el deporte, que se convirtió en su modo de vida como entrenador personal y dueño de gimnasios, y gracias a lo que conoció a Victoria de Suecia al convertirse en su personal trainer. Está muy concienciado con la práctica deportiva y trabaja para que los niños y jóvenes se mueva. Por eso creó la fundación Gen-Pep, que busca promover una vida saludable.Ese compromiso le llevó a visitar la British Juniorschool de Eskilstuna, que había sido distinguida como Pep School of the Year. Allí quiso mostrar que se encuentra en plena forma y no dudó no solo en montar en bicicleta, sino en hacer un caballito ante los escolares y los profesores, que quedaron encantados con la demostración del Príncipe Daniel.
Daniel de Suecia, deportista y preocupado por su salud
Además de eso realizó otros deportes y dejó claro que es fundamental practicar algún deporte y moverse. Daniel de Suecia no solo hace lo que predica, sino que también lo fomenta con sus hijos, la Princesa Estela y el Príncipe Oscar, que practican todo el deporte posible siguiendo los consejos y recomendaciones de su padre.
Daniel de Suecia, nacido en 1972, cuida mucho su salud, más quizás que la mayoría de las personas. El motivo no es solo su estilo de vida deportivo, sino una enfermedad renal que le llevó a tener que recibir un trasplante antes de su boda con Victoria de Suecia. El donante fue su padre, Olle Westling, y tras recibir el riñón, sus problemas de salud desaparecieron. Eso sí, no olvidó lo que vivió y no ha dejado de cuidarse ni un solo día.