No se equivocan el Príncipe Harry y Meghan Marke al comentar que " existe un precedente para que otros miembros titulados de la Familia Real busquen empleo fuera de la Institución ". En concreto, la Princesa Beatriz y la Princesa Eugenia de York o el Príncipe y la Princesa Michael de Kent, aunque son casos distintos. En concreto, el más curioso es el del tercer hijo del Príncipe Jorge, Duque de Kent, que aunque sí representa a la Reina, nunca ha cobrado por ello y ha tenido que combinar sus compromisos oficiales con su labor profesional privada.
Más restrictivo fue para las Princesas de York. Aunque el Príncipe Andrés deseaba relevancia pública e institucional para sus hijas, la Corona no quería arriesgarse ni a escándalos ni a tener que sostener a un enorme número de miembros. Con una Casa Real que incluye incluso a primos, los royals senior debían ser menos y no había espacio para Beatriz y Eugenia de York, con dignidad principesca y tratamiento de Alteza Real, pero alejadas de la línea de sucesión.
En su momento, la quinta y la sexta nieta de la Reina hubieran estado dispuestas a asumir compromisos en nombre de la Reina. No fue posible, aunque sí asisten a Trooping the Colour, a Ascot, acuden a garden parties y a otros actos más familiares que institucionales. Así, ambas desarrollaron sus propias carreras al margen de la Institución. La Princesa Beatriz trabaja en la empresa de software Afiniti, mientras que la Princesa Eugenia es directora de la galería del arte Hauser & Wirth. De todos modos, han aprovechado su posición para realizar actividades filantrópicas. La primogénita del Duque de York fue una de las fundadoras de Big Change, mientras que la benjamina hizo lo propio con The Anti-Slavery Collective. Así han podido conjugar su posición royal con sus carreras profesionales y así pensaban que sería siempre.
Si en vida de la Reina Isabel no tenían gran relevancia, menos iban a tener con la subida al Trono del Príncipe Carlos, que deseaba una Casa Real reducida al mínimo con solo él, Camilla Parker, los Cambridge y los Sussex representando a la Corona. Sin embargo, el Sussexit lo cambió todo. El 8 de enero de 2020, los Duques de Sussex comunicaron unilateralmente su decisión de abandonar la Casa Real Británica para ser financieramente independientes. Su deseo era seguir representando a la Reina, aunque sin recibir el 5% de sus ingresos que procedían del The Sovereign Grant. Pensaban quedarse en un límite intermedio quizás al estilo del Príncipe Michael de Kent, y no tanto del de las Princesas de York. Buckingham Palace fue implacable y fue un 'o todo o nada'. Y al final los Duques de Sussex han tenido que retirarse totalmente sin recibir ni un solo euro ni de los contribuyentes ni del Ducado de Cornualles.
Con su marcha se planteó que si dos salían, dos tenían que entrar. Se ha especulado con que la Reina Isabel habría pedido a sus nietas que dieran un paso al frente, una medida que contaría con el apoyo del Príncipe de Gales, que habría cambiado de parecer. Sin embargo, la popularidad de los York está en lo más bajo por el Caso Epstein, del que por cierto las hijas no tienen culpa. No sería el mejor momento para dar mayor espacio a las Princesas de York. Además, una vez han forjado sus carreras al margen de la representación sería no solo complicado, sino injusto para ellas. Por otro lado, podría haber agravios comparativos con el Príncipe Harry y Meghan Markle que tensaran todavía más la relación entre los Sussex y los Windsor, algo que se quiere evitar.
Unos quieren salir y otras quieren (querían) entrar, pero al final los cuatro se quedan como figuras de la realeza que aprovecharan sus vínculos para ciertos fines, digamos filantrópicos antes que comerciales. Por mucho que las Princesas de York desearan dar un paso al frente, es poco probable que dejen a un lado sus carreras para asumir compromisos oficiales. Si se necesitaran sus servicios es más lógico que siguieran la estela del Príncipe Michael de Kent, preparado para representar a la Reina, pero manteniendo su trabajo privado. Sus perfiles se configuran más como figuras de alto nivel interesantes a nivel público, pero no institucional.
La importancia de estar unidos
Por ejemplo, la Princesa Beatriz fue invitada por Imran Khan, Primer Ministro de Pakistán, y por Arif Alvi, Presidente del país. Asistió a una reunión en casa de Khan en la que departió con el que fuera Presidente del Gobierno de España, José María Aznar, o con el ex Primer Ministro de Italia, Matteo Renzi. También fue invitada a una cena con el Jefe del Estado del país asiático. El motivo de su visita fue una expedición de esquí alpino organizada entre Pakistán y Afiniti, una medida también para promocionar el turismo en el país, y nadie mejor para hacerlo que un alto cargo de la firma que además es un miembro de la realeza.
Por su parte, el Príncipe Harry y Meghan Markle no volverán a representar a la Corona y abandonan la Casa Real Británica, pero no la Familia Real, de la que son miembros muy queridos. No participarán en actos a los que sí acuden las Princesas de York, pero sí mantienen sus patrocinios reales. Más allá de eso, el riesgo es el cisma familiar. Si el acuerdo del Sussexit es necesario, más lo es que la unidad de los Mountbatten-Windsor no se resquebraje para siempre.