La salida de los Duques de Sussex de la Casa Real Británica es consecuencia de varios factores. No se puede olvidar uno muy importante: la grieta en las relaciones entre el Príncipe Guillermo y el Príncipe Harry. Hasta bien pasada la treintena, los dos hermanos tenían un vínculo fraterno muy especial. Eran hermanos, amigos, confidentes. Se llevaban bien en lo personal y conectaban para trabajar juntos, de hecho lo hicieron e incluyeron en su equipo a Kate Middleton.
La llegada de Meghan Markle cambió la dinámica. El consejo del Príncipe Guillermo a su hermano sobre que se tomara la relación con calma y no se precipitara no le sentó bien. No habría tampoco demasiada química entre los Cambridge y los Sussex. Además, tomaron caminos separados a nivel personal e institucional, y viendo que ni la relación fluía, ni tenían claro su futuro, ni seguían soportando los ataques de la prensa, el Príncipe Harry y Meghan Markle quisieron hacer su vida y ser financieramente independientes.
En la Cumbre de Sandringham del 13 de enero de 2020 se sentaron las bases del acuerdo, anunciado cinco días más tarde. No era posible estar a medio camino. Los Sussex dejarían de ser Altezas Reales y no volverían a representar a la Corona. Se rompía con la Institución, pero la Reina dejaba claro que los Sussex eran una parte querida e importante de su familia.
El Príncipe Guillermo y el Príncipe Harry entendieron que si se comportaban como miembros de la Firma (como se llama a la Casa Real) y no como hermanos, si solo discutían los términos del Megxit sin pensar en sus sentimientos, la ruptura familiar podría ser inevitable, y no podían consentirlo. Ni el Príncipe Carlos se merecía ver a sus hijos enfrentados, ni sus vástagos tenían por qué crecer sin tratarse, ni tampoco querían traicionar la memoria de Lady Di. Ella quiso que fueran dos hermanos unidos.
Ayudados por Kate Middleton y Meghan Markle
Así, además de encuentros para decidir acuerdos oficiales, habría habido charlas secretas entre los hermanos Gales. De acuerdo a The Sun, la Duquesa de Cambridge y la Duquesa de Sussex también participaron en alguna ocasión para limar asperezas y que los cuatro puedan tener una relación si no íntima y muy cercana, sí armónica, correcta y familiar.
Con el Príncipe Harry y Meghan Markle planeando vivir entre Canadá y Reino Unido, era ahora o nunca. Ambos se dieron cuenta de que era necesario hablar, discutir y pactar. Un acuerdo de paz en toda regla. Quizás no puedan volver a ser los hermanos tan unidos que eran, pero vale la pena intentarlo.