Existen dos razones de fondo que han dificultado las relaciones entre las Cortes: por un lado una emisión en la televisión saudí que los marroquíes interpretaron como una ofensa y, por otro lado, la decisión de Arabia Saudí de apostar por Estados Unidos y no por Marruecos para albergar el Mundial de Fútbol de 2026. El primero de estos asuntos consistió en la difusión en la cadena saudí Al Arabiya de un documental sobre el Sáhara Occidental, en el que supuestamente se pone en cuestión la soberanía marroquí en este territorio. Además, la delicada salud de los Monarcas hace que las históricas amistades se vean más afectadas.
Mohamed VI padece la enfermedad de sarcoidosis, una alteración del ritmo cardiaco que le obliga a ausentarse para descansar. El Monarca ha comenzado a preparar a un sucesor, Moulay Hassan. Por su parte, el Rey Salmán está en estado frágil de salud por la avanzada fase de su alzheimer: "Su hijo quiere convencer ahora al mundo de que no está a cargo del país para que las relaciones se normalicen tras el asesinato", comenta una fuente cercana al Reino Saudí. El asesinato del periodista Jamal Khashoggi, unido al equipo con el que contaba el Príncipe Mohammed bin Salmán dedicado a torturar y secuestrar a disidentes han provocado la desaprobación internacional hacia este heredero.
Las vacaciones en Tánger del Rey Saudí
Hasta que las relaciones comenzaron a torcerse, la ciudad marroquí de Tánger era uno de los destinos preferidos de las vacaciones del Rey Salmán y su séquito. Unas visitas que garantizaban el alquiler de 900 plazas hoteleras de lujo y 200 coches, pero que amenazan con nunca más volver a producirse. El monarca de 82 años solía veranear en Marbella, donde dispone de un palacio con cuatro mansiones y helipuerto, pero en 2015 cambió este destino por Tánger, donde Mohamed VI le recibió con gusto. Sin embargo, los últimos rifirrafes entre las Cortes han hecho que el Rey Salmán vuelva a cambiar de lugar de descanso.