La publicación de las fotos de Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia no desvelaron solo que el exjugador de balonmano mantenía una relación extramatrimonial con una compañera de trabajo, y que por tanto era infiel a la Infanta Cristina, sino también revelaron sus parece que habituales viajes a Francia.
Desde que Urdangarin obtuvo el tercer grado, se instaló en casa de su madre en Vitoria y y solo tenía que comunicarse con la cárcel una vez por semana. También pudo salir de España. En principio las salidas podían ser por trabajo, pero podían ser personales obteniendo un permiso judicial que le ha debido ser concedido en numerosas ocasiones.
El exjugador de balonmano pasó las vacaciones de verano de 2021 en Bidart con su familia, localidad del País Vasco Francés frecuentada por los Urdangarin. En alguna ocasión también visitó Ginebra. Sin embargo, las imágenes de Lecturas, que fueron tomadas en la costa francesa el 11 de enero de 2022, y las de una comida de Urdangarin y Armentia del 26 de noviembre de 2021 en Biarritz muestran más salidas al extranjero, por cerca que esté de la frontera.
Suspendidos temporalmente
Esto ha traído consecuencias para dos de los escoltas de Urdangarin, que de acuerdo con EP habrían sido retirados del servicio por orden del Ministerio del Interior. El motivo sería que no informaron a sus superiores de los viajes que el exjugador de balonmano había realizado a Francia. Los dos habrían vuelto a Madrid y habrían sido suspendidos temporalmente.
Todo esto ha traído la polémica de la seguridad que se pagaría por Iñaki Urdangarin, que fue miembro de la Familia Real y ha estado casi 25 años casado con la Infanta Cristina. Se habla de que Interior destina 8000 euros mensuales para la escolta de Urdangarin. Como señala Vozpópuli, suelen ser dos escoltas con un sueldo de unos 2100 euros cada uno. A ellos hay que sumar cantidades por las dietas y los desplazamientos. De todos modos, teniendo en cuenta la separación del matrimonio, es probable que Urdangarin deje de tener escolta pagada por los contribuyentes, igual que ocurrió cuando la Infanta Elena y Jaime de Marichalar se divorciaron.