La Reina Margarita esperaba en la puerta con su perro a sus familiares. Fue ahí cuando se pudo ver el primaveral atuendo de la Monarca, que escogió un vestido estampado con chaqueta azul klein con tocado a juego. Margarita de Dinamarca estaba radiante, y más cuando vio aparecer a su hijo Joaquín con su familia. La Reina extendió sus brazos emocionada para dar un abrazo al Príncipe Joaquín, al que no ve con mucha frecuencia debido a que reside en París. Saludó posteriormente a sus cuatro nietos, el Príncipe Nicolás, el Príncipe Félix, el Príncipe Enrique y la Princesa Athena, así como a su nuera, Marie de Dinamarca, que fue la única que le hizo una reverencia.
Los homenajes que hizo Isabel de Dinamarca
Se pudo comprobar entonces un doble homenaje y la ruptura de una tradición. Empezando con el primero, Isabel de Dinamarca llevó como joyas unos pendientes de perlas y sobre todo un broche que colocó en la solapa de su chaqueta. No es un broche cualquiera, sino se trata de una joya de perlas, en la que destaca una rosa, y diamantes que perteneció a su tatarabuela, Alexandrine de Mecklemburgo-Schwerin, Reina de Dinamarca como esposa de Cristián X de Dinamarca. Al tenerlo en su poder, la Reina Margarita se lo regaló a su nieta Isabel con motivo de su bautizo, y ante tamaña joya, la Princesa ha querido llevarla en un día tan importante.
El segundo homenaje supone además la ruptura de una tradición. Hacía 6 décadas que la Familia Real Danesa no celebraba la Confirmación de una princesa. La última había sido Ana María de Grecia, entonces solo Princesa de Dinamarca, hermana pequeña de Margarita de Dinamarca y tía abuela de la Princesa Isabel. Hasta entonces, las royals habían usado vestidos para recibir este sacramento, pero Isabel de Dinamarca quiso romper esta tradición y rendir tributo a su madre eligiendo de su armario un traje de chaqueta pantalón blanco de Max Mara que Mary de Dinamarca había llevado a una visita a Estocolmo en la que se reunió con Victoria de Suecia.
El acto religioso fue oficiado por Henrik Wigh-Poulsen, obispo de Aarhus. La iglesia fue decorada con arreglos florales en tonos pastel, violeta, rosa y crema para crear una sensación de primavera acorde a la estación. La ceremonia estuvo amenizada por un coro de 37 niñas del que disfrutaron los asistentes. Entre ellos estuvo Matilde de Bélgica, madrina de la Princesa Isabel, que llegó para la ceremonia y no se dejó ver mucho. El gran ausente fue el padre de Mary de Dinamarca, John Donaldson, del que su hija dijo que no podría acudir porque estaba ya demasiado mayor para volar de Australia a Dinamarca.
Por supuesto ha habido una fiesta posterior que la Familia Real Danesa y el resto de invitados han disfrutado en privado. En público ha habido posados, sola y en compañía de su familia cercana. Además, la Princesa Isabel ha comentado lo mucho que le ha gustado el acto y lo contenta que está por haber dado este paso.