MUY SINCERA

Las confesiones de Charlene de Mónaco sobre su tristeza y sus anhelos por Sudáfrica

La Princesa Charlene de Mónaco ha dado una entrevista para contar ciertos episodios del 2019 que le han hecho estar triste.

Lidia López 29 Diciembre 2019 en Bekia

Galería: Bautizo de Jacques y Gabriella de Mónaco

El gesto serio de la Princesa Charlene es uno de los temas recurrentes cada vez que esta aparece en público. Pese a muchas especulaciones, la Princesa de Mónaco ha querido dar su versión concediendo una entrevista exclusiva a la revista Huisgenoot de Sudáfrica. En ella ha querido explicar los motivos de esta habitual tristeza, que provienen de un 2019 muy complicado en el que ha tenido que enfrentarse a algunas pérdidas muy tristes.

Así, dos amigos suyos fallecieron en un intervalo de tiempo muy corto: "Murieron los dos en 10 días. Fue increíblemente doloroso". Además, el estado de salud de su padre, Michael Wittstock, es delicado debido a una operación: "Este año definitivamente me dio un golpe bajo. La gente es muy rápida para decir, 'Oh, ¿por qué ella no sonríe en las fotos?'. Bueno, a veces es difícil sonreír. No saben lo que está pasando en el fondo". Con estas declaraciones, la exnadadora pide que se le entienda y que no se juzguen sus actitudes.

Añoranza por su país a pesar de su privilegio

Además, la Princesa también quiso añadir su sentimiento de añoranza por su país y las raíces que allí la habrían formado: "Tengo el privilegio de tener esta vida, pero sí echo de menos a mi familia y amigos en el Sur de África y me pongo triste porque no siempre puedo estar allí para ellos". Estos comentarios no son inesperados, pues es sabido que la sudafricana no se siente del todo cómoda en Mónaco y que la relación con las personas que tiene a su alrededor es complicada, incluida la que sostiene con el Príncipe Alberto.

En la entrevista, la Princesa consorte también se refiere a sus hijos, Jacques y Gabriella, asegurando que son ellos quienes le dan fuerza y comparando su infancia con la que pasó ella: "Es difícil para mí creer que yo era tan solo tres años mayor de lo que ellos son ahora cuando empecé a entrenar para los Juegos Olímpicos. Nadaba 10 kilómetros al día con tan solo ocho años". Para terminar, la Princesa tiene claro qué habrá hecho si no hubiese estado en la Casa Grimaldo: "Es muy sencillo, haría todo lo que estoy haciendo ahora, pero sin el título. Ayudar a la gente y tratar de educar a los demás".

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