El Príncipe Harry y Meghan Markle tomaron como residencia en un primer momento el apartamento que el Duque de Sussex ocupaba en Kensington Palace. Sin embargo, deseaban tener otro espacio y conscientes de que si reformaban las estancias disponibles en esta residencia regia el coste iba a ser mayor y teniendo en cuenta que preferían vivir fuera de Londres y en un lugar independiente, optaron por Frogmore Cottage, en Windsor, previo permiso de la Reina Isabel.
Los Duques de Sussex se instalaron allí unas semanas antes del nacimiento de su hijo Archie, que vino al mundo el 6 de mayo de 2019, no sin antes haber realizado unas reformas en la propiedad que fueron más costosas de lo que se esperaba en un primer momento. Salvo el mobiliario, que salió del bolsillo de la regia pareja, los gastos fueron cargados a The Sovereign Grant.
Con el acuerdo del Sussexit se estableció que el Príncipe Harry y Meghan Markle pagarían los más de 2,4 millones de libras que habría costado la reforma. Así, podría seguir siendo su casa cuando estuvieran en Reino Unido a pesar de haber salido de la Casa Real Británica. Los Duques de Sussex estaban de acuerdo hasta que se toparon con el problema de la seguridad.
Con su salida del amparo de Buckingham Palace y su traslado a Canadá, los Sussex pensaron que todo seguiría como estaba y no les costaría mantener a su equipo de guardaespaldas. Debido a la posición del Príncipe Harry en la línea de sucesión y a las potenciales amenazas sobre los Sussex, entendían que los contribuyentes debían seguir sufragando la seguridad aunque estuvieran en otro país. Reino Unido no quería pagar, Canadá tampoco, y una vez que se instalaron en Los Angeles, Estados Unidos todavía menos.
El Príncipe Carlos, benefactor de Harry y Meghan
Finalmente, el Príncipe Harry y Meghan Markle accedieron, pero fue necesario un acuerdo. La pareja accedió a pagar las reformas de Frogmore Cottage a cambio de que el Príncipe Carlos sufragase sus gastos de seguridad en Estados Unidos, que pueden suponer unos 4 millones anuales. De acuerdo con Daily Mail, la pareja no había contado con este desembolso, así que entendían que debía ayudarles el Príncipe de Gales. Teniendo en cuenta el amplio bolsillo del Príncipe Carlos, ha accedido a costear su seguridad, pero a cambio deben devolver a The Sovereign Grant hasta la última libra de lo gastado, que por cierto fue más de lo presupuestado porque quisieron contratar a un diseñador estadounidense para el jardín o construir una pista de tenis en los terrenos de Frogmore Cottage.
El Príncipe Carlos sería también su benefactor durante el tiempo en el que los Sussex estén sin ingresos propios. El Príncipe de Gales recibe grandes beneficios de los rendimientos del Ducado de Cornualles, que destina en parte a sus hijos. Aunque el Príncipe Harry y Meghan Markle atesoran una fortuna que se estima en unos 35 millones, creen necesitar apoyo financiero hasta que generen ingresos propios, algo en lo que no van a tener ningún problema teniendo en cuenta que les llueven las ofertas y algunas de ellas les interesan.