Los miembros principales de la Familia Real Británica acudieron al servicio religioso por el Día de la Commonwealth.
La Commonwealth es muy importante para Reino Unido, ya que se trata de la unión de 53 países que ha logrado mantenerse pese al paso de los siglos. Además, pese a que muchas de las antiguas colonias son hoy repúblicas, la Reina Isabel sigue siendo Jefa del Estado de 16 países del mundo, entre ellos de Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
Cada 11 de marzo, la Familia Real Británica participa en recuerdos de esta importante fecha, teniendo en 2019 un papel importante los Duques de Sussex, cuya agenda oficial está muy enfocada a la Commonwealth. Así, el Príncipe Harry y Meghan Markle se desplazaron a la Canada House de Londres para asistir a una celebración de jóvenes canadienses.Posteriormente, los miembros principales de la dinastía Windsor se desplazaron a la Abadía de Westminster, en la que año tras año se celebra un servicio religioso en el Día de la Commonwealth. En 2019, año en el que se celebran los 70 años de la Commonwealth moderna, se persigue fomentar el diálogo y cooperación entre los estados miembros. Para amenizar el servicio religioso y los actos, se contó con la actuación de Clean Bandit y el tenor Alfie Boe.
Como de costumbre, estuvo presidido por la Reina Isabel, que estuvo arropada por el Príncipe de Gales, y en un segundo plano, Camilla Parker. No faltaron los FAB4 de la realeza, los Duques de Cambridge y los Duques de Sussex. Los hermanos y las cuñadas se habían visto las caras en público en la reciente celebración por el 50 aniversario de la investidura de Carlos de Inglaterra como Príncipe de Gales, pero ahí hubo presencia de medios escasa y corta, así que no se pudo comprobar cómo están las relaciones entre ellos.Reencuentro de hermanos y cuñados
En la Abadía de Westminster sí, y se vio que tanto el Príncipe Guillermo y Kate Middleton como el Príncipe Harry y Meghan Markle tienen sintonía. De hecho, la Duquesa de Cambridge y la Duquesa de Sussex exhibieron gran complicidad porque se llevan realmente bien, y quizás también por si a alguien todavía le quedan dudas de que haya mala relación entre ellas.
Para la ocasión, Kate Middleton apostó por un vestido rojo abotonado de Catherine Walker que completo con un tocado a juego de Gina Foster. Por su parte, Meghan Markle llevó un vestido blanco de Victoria Beckham, que se ha convertido en una de sus diseñadores favoritas.
No se puede obviar la presencia del Duque de York, único hijo de la Monarca que acudió al servicio religioso además del Príncipe de Gales. El Príncipe Andrés se mantuvo al lado de la Reina Isabel, aunque a la hora de tomar asiento se colocó en el lugar secundario que le corresponde, un rol del que se dice que le cuesta aceptar y que ha creado tensiones entre los hermanos Mountbatten-Windsor.