La Reina Sofía ha dejado Málaga para viajar a Madrid y reunirse en la capital con su hija, la Infanta Cristina, para disfrutar de la procesión del Cristo de los Alabarderos el Viernes Santo. La Reina ha estado ausente en esta celebración durante tres años, pero ahora ha querido cumplir, dejándose ver en esta celebración religiosa en la que además ha recibido la medalla de la cofradía.
Con ella ha viajado también su hermana la Princesa Irene de Grecia, quien se había desplazado con la Reina Emérita hasta Málaga. Un día antes había sido fotografiada con ella, pero también charlando de manera cercana con Antonio Banderas, fiel devoto de la Semana Santa malagueña que compartió sonrisas de manera espontánea con la madre del Rey Felipe. Del mismo modo que lo han hecho las hermanas, el Alcalde de Madrid, Almeida, también ha regresado de Málaga y ha coincidido en esta eucaristía con ellas.
Esta aparición ha servido para ver que entre madre e hija existe mucha complicidad, porque en el momento de la entrega de la medalla en el Palacio Real ha sido la Infanta Cristina quien se la ha estado colocando con delicadeza a su madre. Asimismo, se la ha podido ver muy cercana a su tía Irene, agarrándola de la mano para que su movilidad fuese más sencilla.
Nada más llegar, las tres han accedido a la capilla y han saludado a los cofrades y a otras autoridades allí presentes, tanto civiles como religiosas. A continuación, la Reina era nombrada 'Alabardera de Honor' por parte de la congregación mientras le entregaban el citado obsequio, pero ella no ha sido la única que lo ha recibido, porque tanto su hija como su hermana han recibido dos medallas en formato reducido por parte de los responsables de la hermandad.
Una ausencia y una presencia a destacar
La gran ausente en este encuentro real femenino ha sido al Infanta Elena, que habría viajado a Abu Dabi para estar cerca de su padre el Rey Juan Carlos. La presencia de la Infanta Cristina también ha sido una sorpresa, porque se sabía que había viajado a Vitoria y que incluso habría pernoctado allí, pero ha sido un viaje fugaz para estar presente en el Viernes Santo. La Infanta no participa en los actos institucionales de la Corona desde 2011, pero este evento se considera de carácter privado, y ha disfrutado de él una vez más. Todas sus apariciones públicas en los últimos años suelen ser de ámbito personal y fue en 2013 cuando se la vio por última vez en el Palacio Real.
Tras la procesión, la Reina Sofía y la Infanta Cristina se han trasladado a un conocido restaurante del centro de la capital llamado Casa Ciriaco, así que de esta manera han terminado este día tan familiar marcado por la celebración religiosa.