Uno de los detalles que desvela el segundo episodio del podcast 'Corinna y el Rey' es la poca maña que tiene el Rey Juan Carlos para la cocina, asà como lo mucho que le gusta cierta comida.
El podcast 'Corinna y el Rey' ha ofrecido detalles sobre la relación que mantuvieron el Rey Juan Carlos y Corinna Larsen, pero no solo eso. También desveló que Juan Carlos de Borbón "traÃa bolsas llenas de dinero en efectivo", ofreció detalles sobre los servicios prestados al organizar la luna de miel de Don Felipe y Doña Letizia y reveló lo que le contó Juan Carlos de Borbón sobre la trágica muerte de su hermano Alfonso.
Además de eso, Corinna cuenta en un momento del segundo episodio un detalle sobre cómo era esa relajada vida en común en La Angorilla, residencia de Patrimonio Nacional en El Pardo en el que la alemana vivió durante un tiempo con su hijo Alexander. Para ello, la narradora habló del talento culinario de la empresaria, y de los gustos de Juan Carlos I: "Ansiosa por acercarse a su amante, Corinna ya domina la comida favorita de Juan Carlos, porque ella es una mujer de negocios, estratega, y además sabe preparar un excelente risotto".Es entonces cuando la propia Corinna toma la palabra para hablar de lo que le gusta a Juan Carlos de Borbón la cocina italiana y de lo bien que se le da a ella preparar este tipo de platos: "Nació en Roma y le encanta la buena gastronomÃa, en especial la comida italiana. Creo que su cocina es difÃcil de imitar para cualquiera que no sea de su paÃs. Yo hice un par de cursos de cocina, me encanta cocinar y creo que los propios italianos dirÃan que mis risottos y mis pastas están cocinados de la manera correcta".
Además de eso recordó un momento vivido en aquellos años de felicidad en su relación, cuando parece que no tenÃan mucho personal de servicio a su cargo, quizás por aquello de ser lo más discretos posible: "QuerÃa ayudar preparando el desayuno y se ofreció como voluntario para hacer las tostadas, y quemó las tostadas. Solo se reÃa y decÃa: 'claramente la cocina no es lo mÃo'", asegura Corinna sobre aquel desastre culinario del Rey Juan Carlos, poco o nada acostumbrado a estar entre fogones.Lo que sà se le daba mejor era ejercer como de un segundo padre de Alexander, hijo de Corinna, con el que pasó mucho tiempo y del que se ocupaba hasta el punto de que le cambiaba, le enseñaba a vestirse y otras muchas cosas. Corinna tiene claro que aquellos años fueron felices para ambos, pero sobre todo para el Rey Juan Carlos, que "descubrió otra forma de vida, lejos de palacio, disfrutó de la normalidad de todo".